Reportajes

En última década

En última década

Los hogares pobres en el país crecieron un 28.0 por ciento entre los años del 2000 al 2010 y aquellos colocados por debajo de la línea de pobreza, han crecido cuantitativamente en igual proporción.

La tasa de desempleo es por igual alarmante. Estas carencias ya sistematizadas entran dentro de un esquema de creciente exclusión social, como lo ve una extensa investigación.

El apartado “exclusión social en Santiago”, inserto en el Plan Estratégico de Santiago 2020, basa sus aportaciones al debate sobre la pobreza creciente en el informe del 2008 del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo.

Juzga “crucial” en ese sentido el comportamiento de los hogares que están por debajo de la línea de pobreza extrema que, como explica, constituye un 84.0 por ciento en el  período señalado.

Este incremento, como detalla, consiste en la carencia de alimento para la correcta alimentación de una persona en un mes dado que sobrevive con menos de un dólar diario.

Rememora que el  mínimo derecho y aspiración de cada ciudadano y ciudadana es tener un empleo como medio de garantizarle su existencia y sus realizaciones en la sociedad y no ser marginado o excluido de su dinámica de desarrollo socioeconómico.

Es  ésta la mayor responsabilidad del Estado y su administración de turno como conductor y planificador de los planes nacionales.

Como corolario de esos escalofríos, el Plan precisa que la tasa de desempleo se sitúa entre 18 y 20.0 por ciento, una de las más altas en los últimos tiempos.

Esa tasa sube aún más, a un 30.9 por ciento, para los jóvenes comprendidos entre 15 y 24 años.

Sumado a lo anterior, se halla el costo de la canasta básica familiar que ronda los 20 mil pesos mensuales, mientras, la tarifa del salario mínimo nacional es de 8 mil pesos mensuales y el crecimiento del Producto Bruto Interno de 7.9 por ciento se mantuvo en el año 2007 se mantuvo una tasa de desempleo del 16.0 por ciento, reflejándose poco impacto en la baja del desempleo.

Los consultores citados por la investigación para el apartado “población y cultura” del plan indican que cuando el PBI crece por debajo de 4.5 por ciento aumenta en vez de bajar la tasa de desocupación, debido a que crece un sector de baja intensidad en la economía como las telecomunicaciones, mientras se mantienen deprimidas áreas fundamentales del desarrollo, entre la agricultura y la industria.

La tasa de desempleo para el municipio de Santiago en 2006 fue de 13.30 por ciento por debajo de la tasa nacional de 16.2 por ciento.

El caso de las zonas francas y su cierre masivo es remarcado en el informe al recordar que se perdieron del 2002 al 2008 31 mil 158 plazas de trabajo.

Los efectos de la exclusión social se condensan en pobreza extrema.

Niñez postergada y vulnerable, el trabajo de niños, niñas y adolescentes es  tan notoria como la  desprotección  de los adultos mayores, la inmigración y exclusión social.

En esa misma línea de evaluación se encuentran los indigentes, la niñez y los adolescentes pobres, las mujeres y los adultos mayores y los inmigrantes en situación de alto riesgo.

Al momento de darse a conocer esta investigación, el país registraba 2 millones 560 mil 717 hogares, al año 2009 y de ellos un millón 049 mil 333 se hallaban por debajo de la línea de pobreza.

Para el municipio de Santiago se estimaba en el mismo período 26,431 hogares en extrema pobreza, es decir, el 13%.

UN APUNTE

La clase media

Incluso las condiciones de la clase media se han deteriorado en Santiago a partir de la caída económica generada por la casi ausencia de políticas sociales y la falta de liderazgo relevante en una ciudad de enormes contrastes sociales. A esto hay que agregar los aumentos en los servicios básicos y los combustibles.

El Nacional

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