JEREZ WHISKY
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Un discurso para la historia
El discurso pronunciado por el presidente Danilo Medina en La Habana, el pasado miércoles, en ocasión de la segunda reunión de los países integrantes de la Conferencia Hispanoamericana y Caribeña, en defensa de la dominicanidad, es una pieza oratoria para la historia.
Pocas veces, si ha habido alguna, ha sabido un Primer Mandatario dominicano salir en forma tan comedida, pero al mismo tiempo tan enérgica y mesurada, en defensa de los sagrados fueros de la Patria.
La paciencia del Gobernante dominicano se vio colmada ante los desconsiderados ataques del primer ministro de la minúscula nación, de San Vicente y Las Granadinas, señor Ralph Gonsalves, que de una manera insultante, salió en defensa de los derechos que solo en su afiebrada imaginación les están siendo violados a los haitianos en la República Dominicana.
Con la fría elocuencia de las cifras eL Presidente Medina dijo que cientos de miles de haitianos transitan todos los días por las calles libremente y sin que ninguna autoridad le pregunte por su condición migratoria, mientras al mismo tiempo gastamos más de 5,300 millones de pesos anuales, cifra enorme para un país de nuestra capacidad económica, solo en atender gratuitamente la salud de los haitianos, el 13% de cuyas mujeres viene a parir gratuitamente al país, porque en el suyo tienen que pagar.
Los dominicanos miramos para otro lado cuando de aplicar la ley laboral se trata, pues en una burda violación a nuestro Código de Trabajo, los haitianos dominan la industria de la construcción, las labores agrícolas e incursionan en el turismo, cuando según nuestras leyes solo un 20% de los obreros pueden ser extranjeros, ya que el 80% está reservada para los dominicanos,
Aquí tenemos un total de 54 mil estudiantes haitianos, de los cuales 14 mil son universitarios, y la República Dominicana desde el 2012 recibió en sus puertos a 11 mil 686 furgones destinados a Haití, pues nuestros puertos son los que manejan la carga destinada al vecino país, porque allí prácticamente no hay facilidades portuarias y las mercancías tienen que llegarles en camiones.
Se ha armado una gran alharaca entorno a la sentencia del Tribunal Constitucional, alegándose falazmente, que la misma tiene carácter retroactivo, porque menciona el 1929, cuando se trata de una fecha histórica, pues fue en ese año cuando por vez primera se trató el tema de la nacionalidad de los hijos de extranjeros nacidos en el país que eran transeúntes, porque carecían del visado correspondiente.
El presidente Medina fue enfático en afirmar que no permitirá la violación de los derechos humanos de nadie, sin importar su nacionalidad, y no solo de los haitianos, poniendo un zipper en las bocazas de algunos extranjeros, y numerosos dominicanos, que quieren ser más papistas que el papa, y no ven la paja que hay en el ojo propio, sino en el ajeno, cuando en materia de nacionalidad y migración cada Estado es absolutamente soberano y no puede permitir ninguna injerencia extranjera, como no lo permiten los Estados Unidos, México, Brasil, Argentina, Venezuela, ni ningún país extranjero.
Y hasta el próximo domingo, con más Jerez y más Whisky.

