(I)
Hace unos años el filósofo y profesor Luis Ulloa y quien escribe creamos una escuela para formación de liderazgo juvenil comunitario, a partir de una educación freiriana, (leer Pedagogía del Oprimido, de Paulo Freire) que enseñara a pensar y que se llamó Ercilia Pepín.
La elección del nombre no fue casual. Ercilia no fue solo una emérita profesora santiaguera , nacida un 7 de diciembre de 1886, quien falleció, curiosamente, el 14 de junio de 1939. Sino que fue un prototipo de juventud que queríamos rescatar. A los catorce años se inicia como maestra en una escuela para niños de Nibaje; a los veinte ya era directora de una escuela en el Barrio Marilópez; en el 1913 inicia una campaña en el Congreso Nacional para que se instale en Santiago un Instituto Profesional de Enseñanza Superior; y a los 22 era responsable de las áreas de Matemáticas, Ciencias Físicas y Naturales del Instituto Profesional de Enseñanza Superior, que cierra la intervención norteamericana del 1916) y en 1920 crea el Colegio México, para Señoritas
Notando la dificultad de la niñez empobrecida para asistir decentemente vestida a la escuela y la diferencia que se establecia entre ricos y pobres, creo el uniforme escolar; fiel creyente en la filosofía racional de la educación Hostosiana, introdujo en la escuela primaria la gimnasia, para varones y hembras, las artes manuales, el dibujo y uso de mapas, asimismo introdujo el amor y respeto a los símbolos patrios, particularmente a la bandera y al escudo, motivando la composición de himnos en su honor que aun hoy se cantan.
Convertida en líder cívica de la sociedad santiaguera, se opone a la intervención norteamericana, dictando conferenciassobre el amor a la tierra y el ideario Duartiano, y exige a las fuerzas interventoras respeto al himno y la bandera dominicanas.
En 1924, cuando se produce la retirada de las tropas norteamericanas, Ercilia Pepin encabeza junto a las autoridades del país, el acto de enhiestamiento de la bandera nacional en la Fortaleza San Luis, bandera que había sido confeccionada por las estudiantes del Instituto. Cien damas de Santiago, se arrodillaron junto con ella, cuando se izó la insignia nacional.
En 1925 la nombraron hija benemérita de Santiago y viaja, en 1926, por Europa y los Estados Unidos. Trujillo, siempre a la caza de figuras que concitaran la admiración colectiva para legitimar su gobierno, la nombra de nuevo directora del Instituto y le regala una bandera, que luego ella iza a media asta cuando el dictador asesina al profesor Perozo.
Ercilia está inscrita en las gloriosas páginas del nacionalismo dominicano, que es Duartiano, no nacionalero. De ello escribiré en proxima entrega.