Siempre se denunció no sin cierto dejo de amargura que en el Indotel (Instituto Dominicano de las Telecomunicaciones) cobraban figuras mediáticas y muchas personas salarios que no justificaban.

Lo que no se sabía era que la institución estaría “prácticamente quebrada”, como dijo su presidente, porque todos los ingresos se destinaban a gastos operativos.

Pero si el exceso de gastos denunciado por Nelson Arroyo supone alguna violación de la ley no hay más que recurrir ante los tribunales. De no ser así, entonces Arroyo tiene el reto de sanear administrativa y financieramente la entidad.

Esa es su misión. No siempre se puede culpar al empleado que cobra sin trabajar, sino a quien lo nombra.

Arroyo ha dado cuenta de que al 31 de julio la nómina ascendía a más de 65 millones de pesos y que hoy es de 47,386,521, porque la ha reducido en 27.4%.

El Indotel no es un centro de beneficencia, pero con las denuncias de irregularidades hay que tener mucho cuidado, sobre todo cuando se realizan sin aportar los elementos que las sustenten. Arroyo tiene que reclamar por cualquier anomalía que haya encontrado.