Opinión

ESTO PIENSO, ESTO CREO

ESTO PIENSO, ESTO CREO

Silencios y cobardías, hacen que las  palabras pierdan su valor

 

Hoy todo nos hace pensar que aquello que está sucediendo con la institucionalidad en este país, es algo que con facilidad podría catalogarse de increíble. Quizás un sueño sublime, inducido por el mas engañoso y cruel lenguaje, que como sueño al fin, desconoce, obvia intencionalmente la cruel realidad que nos rodea, en medio del sub-mundo en el cual vivimosatrapados en un pantanal de engaños, mentiras y sobre todo, de burla.

Burla, es lo menos conque podemos catalogar todos los hechos que nos abruman, y ante lo irrefutable de los engaños, sería poco serio desconocer la veracidad de los mismos. Han encanallecidolas instituciones.Mientras esto ocurre, cada día se oscurece más el cielo institucional de esto que, a conveniencia, a muchos les da por llamar… ¡Nación!

El silencio cobarde se ha constituido en el mejor aliado de todos aquellos participantes de esta dictadura, amparada y justificada en una mostrenca democracia ahogada en las mediocridades, inmundicias morales y la suciedad del dinero. Todo esto, mientras nuestro presente y futuro mediato, es arropado impunemente por la más tenebrosa de las oscuridades institucionales que hayamos padecido alguna vez. Situación esta, muy a pesar de las manifiestas buenas intenciones de quien hoy nos dirige pero, cuyas manos parecen estar maniatadas por invisibles y dolorosos grilletes.

Esto está sucediendo en nuestras propias narices, mientras nos brindan toda clase de circos y cajitas envenenadas, que aboban, pero además denigran al más pendejo de los pendejos. Una caja, una cena y mañana… ¡No me importa!

Pero, aun así, hay esperanzas, cuando un prometedor prospecto y funcionario a la vez, declaro que los dominicanos demandan un accionar transparente de la justicia, para que no impere el reino de la impunidad… ¡bien por el!, en buenas manos está el pandero. De perfecto material dispone, porque para actuar, hay de sobra.

Doscientos mil y tantos millones por allá; mil y tantos de parqueos, por acá; incontable cantidad en la mafia eléctrica; indeterminados en los “peajes sombras”; indefinida cantidad por la obtención de préstamos; cuantificables millones entre barriles, toneles y demás yerbas; tucanos un chin más lejos; hangares por el mismo lugar, es decir, que es posible que en este año, muchos patos se ahoguen.

Lo doloroso, es lo que se ve, porque aquello que no se ve, es para morirse. Un grupo de dinosaurios, al parecer, se han creído que este país es una herencia a repartir entre su grupito, que todo continuara por siempre, que nunca habrá que rendir cuentas; que su blindaje es de acero y su impunidad es eterna. Y, se han llegado a creer esto, porque entre teorías y oratoria engañosa, han perdido la orientación del norte ético, ese mismo, que constituye la única y valiosa herencia dejada por su progenitor y guía, al cual solo recurren para continuar con sus manifiestas y vulgares indelicadezas.

Y, aun cueste creerlo, esto acontece, porque entre ellos, hay personas que se comportan como si la estupidez fuese una virtud, mientras otros, aún peores, lo hacen en grado superlativo, porque en su desempeño, consideran que esa estupidez constituye una ciencia.

Mientras todo eso acontece, lo más penoso, doloroso y preocupante, es que el pueblo no le presta atención a esta situación, ya sea por ignorancia, por cobardía, por una cajita o un bochornoso bono, todo hasta el momento fatal, aquel en el cual, las palabras dejan de tener sentido y la esperanza en el empleo de las mismas, se pierde, se esfuma, se escurre como agua entre los dedos. Así ha sido y al parecer, así continuará. ¡Si señor!

 

Twitter:@rafaelpiloto01

Rafael R. Ramírez Ferreira
rafaelelpiloto1@hotmail.com

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