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ESTO PIENSO, ESTO CREO

ESTO PIENSO, ESTO CREO

Por: Rafael R. Ramírez Ferreira
rafaelelpiloto1@hotmail.com

Valor es lo que necesitamos para encauzar el país por el buen camino

Llevamos a cabo cosas que en apariencias son pequeñas y que solo, al hacerse presente las consecuencias de estos, es cuando la razón sustituye a la emoción y nos damos cuenta del fracaso o lo imposible de aquello por lo cual nos sacrificamos. Y esto, sucede desgraciadamente, con mucha frecuencia, sobre aquellos actos que hacemos de buena fe, buscando la excelencia del perfume, olvidando que la materia prima, la extrajimos de un desecho de basura.

Si, muchos pensarán que estoy dolido y quizás tengan razón, porque al ver como tus sacrificios o esperanzas se precipitan o lo empujan por el desfiladero, es normal sentir que el nadar en las aguas de la soledad y la ausencia de la presencia, realmente llega un momento que se siente placentero, sin ser un masoquista.

Pero tal como expresó algún inglés por allá por los 1800, sobre que la moderación en la guerra es una imbecilidad y tomando en cuenta que en estos tiempos todo es una sucesión de batallas que nos mantienen en continua guerra, ya sea moral, política, ética y hasta familiarmente, no se puede pensar en el buen trato, la cortesía y hasta la condescendencia, porque ahora, estas cosas, son consideradas como debilidad y falta de fortaleza para continuar sosteniendo la batalla. Tamaño error.

Y es que muchos políticos, funcionarios o amigos, que han navegado por los caminos turbios, carentes de moral y hasta de formación familiar, se abrogan el derecho, ya que son afortunados, de gustarle alabar el bouquet del vino, dando al traste con aquellos mortales que por igual disfrutan del café y más, cuando es elaborado en un colador de tela y no, en un Starbucks.

Esto es así, porque tal y como lo hemos reiterado cientos de veces -aunque nunca nos han escuchado-, que el tigueraje barrial se ha apoderado de los menesteres de la política y de todos los males que esto conlleva, como, por ejemplo, la impunidad y el blindaje de sus actos. Desconocedores totalmente, de aquellas virtudes en ocasiones llamadas Cardinales, como la fortaleza de espíritu; la templanza y la prudencia, cosas estas que recordamos, eran muy comunes dentro de las filas de las Fuerzas Armadas, pero que, producto del apadrinamiento y sumisión de muchos jerarcas militares, carentes de las condiciones necesarias para ejecutar las acciones que se han necesitado en diferentes momentos, pero que, al contrario, no han comprendido, que ningún político o megalómano, puede impedir que un  funcionario responsable, haga  su trabajo, bien hecho.

Pero todo lo vamos dejando al destino y que prosigan desarrollándose como si fuesen monstruos que, con el tiempo, llega el miedo para actuar en contra de ellos. Muchos se escurren por el lado de las creencias, olvidando exprofeso, que para que existan los Dioses, primero tienen que existir los humanos. Como las famosas “Bocinas”, las cuales creímos que desaparecerían, pero que, tristemente, solo cambiaron de montura y, ni hablar de los impuestos que pagan estos privilegiados de mala y vendida lengua; al igual que ni expresidentes de lo que sea; religiosos, sin importar el rango o la posición de sus jerarcas pueden estar por encima de las leyes, ya que, de lo contrario, el someter a cualquier ciudadano por “indelicadezas”, violación sexual, etc. sería una absurdidad y un descaro, porque ante la ley -dice la ley de leyes- todos somos iguales. Lo que si, no se puede, es someterlos por persecución política, porque ahí, cambia la cosa.

Valor, es lo que se necesita para bien actuar, como le dijeron unos generales a Churchill y su gabinete: “En tres semanas Inglaterra tendrá el pescuezo colgado como un pollo” a lo que el primer ministro respondió; ¡Algunos pollos!, Algún pescuezo. ¡Sí Señor!