Reflexión obligada
Las reglas vigentes del juego electoral sustentan una desigualdad espantosa y un ventajismo colosal. Aceptarlas sin impugnarlas ha sido un grave error; mas después de lo vivido y sufrido por ellas en esos escenarios monopolizados y tramposos, trituradores de minorías sin grandes recursos.
 
  
   
                                 
                                 
                                 
                                 
                                 
  
  
  
  
  
 