(2)
Nuestro país, de ser el líder con los mejores indicadores macroeconómicos en el intervalo 2016-2019 pasa a ser en la coyuntura 2020-2023 el tercer país que más dinamismo ha perdido, solo superado por Haití y Bolivia, y siendo además destacado en la subregión por el incremento de sus tasas de inflación y el aumento del saldo negativo en sus cuentas corrientes.

Si a los expertos del Banco Mundial y del FMI les resulta muy difícil explicar el comportamiento sorpresivo a la baja de la economía dominicana, más difícil debería ser para los miembros de la comunidad internacional, poder comprender los recurrentes y angustiosos llamados del actual presidente dominicano, de dejar que solo el país asumiera la carga para la solución haitiana.

Esos llamados proceden de un gobierno que, por insistencia de esa misma comunidad, ha sido como nunca antes propiciador de un incremento mayúsculo de la presencia haitiana en territorio dominicano, y cristalizador más allá de sus fuerzas, de un fuerte apoyo a Haití en múltiples aspectos vitales.

Se ha creado una imagen distorsionada sobre el desarrollo dominicano, por tanto, se cosechan sus graves consecuencias.

La República Dominicana en términos de ingresos y riquezas per cápita se sitúa mucho más cerca de Haití que de los países más ricos y desarrollados de América y del mundo. Y, en consecuencia, sigue siendo un país con tareas propias de un país bien pobre.

Edylberto Cabral Ramírez / edylbertocabral@hotmail.com