Oscar Wilde (1854-1900), el famoso escritor irlandés, además de su manifiesta animadversión hacia el fútbol, consideraba que lo único que podía consolar a una persona pobre, era la extravagancia.
Pues bien, como la discreción y sencillez no son las virtudes que más desarrollan los futbolistas famosos, nos referiremos a las extravagancias de algunas “megas estrellas” del fútbol mundial.
Previo a ello, recordaremos que extravagancia es el adjetivo que califica a lo que sale de los límites y en el mundo tan desigual que vivimos, aspirar a vivir con la justa medianía y sin extravagancias, es anormal.
Lamentablemente, como las “mega estrellas” viven en una burbuja irreal, no perciben la realidad del entorno y para ellos es natural tener en sus cocheras: carros de alta gama como Ferraris, Lamborghinis, Mercedes-Benz, Rolls Royce o Bugattis.
Algunas extravagancias de los futbolistas son tan creativas como sorprendentes: El autoproclamado Dios del fútbol, Zlatan Ibrahimovic, extraordinario futbolista sueco que jugó en el Ajax, Inter y Milan, Juventus, París S.G., Barcelona, Manchester United y el Galaxy de la MLS, compró una iglesia/templo en el centro de Estocolmo como inversión inmobiliaria y por, si en algún momento decide predicar con humildad.
Mucho más convencional que su colega sueco, Neymar Jr, el talentoso y conflictivo futbolistas brasileño (FC Barcelona y París S.G) además de poseer numerosos vehículos y propiedades, tiene un helicóptero Airbus H 145 para viajar más cómodo a los compromisos con su selección.
Cuando el astro camerunés, Samuel Eto’o jugó en el Inter de Milán, vivió toda la temporada en un hotel cinco estrellas y pagó la friolera suma de un millón de euros.
Como buen francés, Frank Ribery tuvo una extravagancia culinaria.
En una de sus vacaciones, fue a un reconocido restaurante y ordenó que, el afamado chef turco Sait Bae le preparara un filete bañado en oro 24 kilates. Por el exótico pedazo de carne pagó 1.200 euros, es decir unos RD.72.000.00.
Recientemente, Leo Messi se presentó a un entrenamiento del FC Barcelona, luciendo un pijama del modisto italiano Dolce y Gabbana valorado en dos mil euros.
La verdad es que ciertas extravagancias, exceden los límites y avergüenzan. El catalán Gerard Pique es aficionado a los relojes de colección y su última adquisición fue un Rolex Cosmograph Daytona, elaborado en oro Everose, valorado en cuarenta mil euros.
Afortunadamente, no todos los futbolistas optan por este peculiar estilo de vida, por lo que destacamos la sensibilidad social de Sadio Mane, figura del Liverpool y de la selección de Senegal.
El futbolista africano en lugar de adquirir carros lujosos, formidables mansiones y prendas de oro, optó por ayudar al pueblo de Sedhiou donde nació, donando un hospital y una escuela.
Lo contrario a la extravagancia es la sencillez y, sobre la misma Ernest Hemingway afirmó que los grandes hombres eran sencillos porque el que vive seriamente por dentro, es sencillo por fuera.
Por: Jorge Rolando Bauger
jbauger@hotmail.com