Killing Me Softly With His Song (Matándome suavemente con su canción), interpretada magistralmente por décadas por Roberta Flack, narra una de las historias más impresionantes de amor contada a través del canto.
La autoría es de los compositores Charles Fox y Norman Gimbel, quienes se inspiraron para escribirla en el poema de la poetisa Lori Lieberman, titulado Killing Me Softlywith His Blues (Matándome suavemente con sus azules).
Los compositores describen en la canción la narrativa del citado poema, en el cual, la poetisa Lieberman narra la experiencia que vivió cuando fue a escuchar un concierto en New Jersey del joven artista Don McLean, desconocido hasta ese entonces, en la década del 70.
La canción que entonó el joven artista y que impresionó a Liberman se titula EmptyChairs (Sillas Vacías).
Aunque para Liberman era un desconocido, sintió que cuando entonada el piano y cantaba la canción describía lo que era toda su vida, como si realmente la conociera y le estuviera dedicando la canción a ella.
Las letras del poema hecho canción que hizo Liberman, inspiradas en el concierto del joven Don McLean son las siguientes, traducidas al español:
“Removiendo mi dolor con sus dedos, cantando mi vida con sus palabras, matándome suavemente con su canción, matándome suavemente con su canción, contando toda mi vida con sus palabras, matándome suavemente con su canción.
“Me dijeron que cantaba una buena canción, que la cantaba con estilo, así que vine a ver y a escucharle un rato y ahí estaba él como un joven niño, un extraño a mis ojos.
“Removiendo mi dolor con sus dedos, cantando mi vida con sus palabras, matándome suavemente con su canción, matándome suavemente con su canción, contando toda mi vida con sus palabras, matándome suavemente con su canción.
“Me sonrojé tanto hasta sentir fiebre, avergonzada entre el público, parecía haber encontrado mis cartas y que las leía en voz alta. Pedía a Dios que acabara por fin, pero él seguía con ello, removiendo mi dolor con sus dedos, cantando mi vida con sus palabras, matándome suavemente con su canción, matándome suavemente con su canción, contando toda mi vida con sus palabras, matándome suavemente con su canción.
“Cantaba como si conociera todas mis penurias y mirara justo a través de mí, como si yo no estuviera presente.
“Y continuó cantando, cantando claro y fuerte, removiendo mi dolor con sus dedos, cantando mi vida con sus palabras, matándome suavemente con su canción, matándome suavemente con su canción, contando toda mi vida con sus palabras, matándome suavemente con su canción”.
Opinión
Roberta Flack comenzó su carrera acompañando a cantantes de ópera al piano en un club, interpretando jazz y blues tranquilos en otro y tocando la música sacra de la iglesia metodista en su casa. Su voz -según Les McCann, quien la descubrió, era una que «tocaba, golpeaba, atrapaba y pateaba cada emoción que he conocido».