El Mayor General (ret.) de la Policía Alcides Rodríguez Arias acaba de publicar su autobiografía titulada “Sobre el filo de una navaja: Vivencias de un policía” (junio 2015, Editora Búho).Esa es una historia educativa que debería ser conocida por personas interesadas en ingresar a la Policía Nacional Dominicana.
Las raíces que influenciaron en el Lic. Rodríguez Arias poder alcanzar el honor más elevado en la Policía (Jefe de la Policía) están relacionadas con la influencia del papá del Lic. Rodríguez Arias (Don Angelino Rodríguez Estrella) el cual lo ensenó a vivir y practicar la vida campesina en la que el campesino es cridado en un ambiente de humidad, insistencia en el trabajo, la honradez, integridad, responsabilidad, el amor por la disciplina y el orden, y esfuerzo para ayudar a los demás. Esas son las cualidades que permitieron al Lic. Rodríguez Arias escalar cada rango en la Policía, desde raso hasta Mayor General.
Esas cualidades fueron fundamentales en la selección del Lic. Rodríguez Arias como Jefe de la Policía en el 1990. En esa época había mucha corrupción en la Policía incluyendo puestas en libertad a presos en cambio por alta suma de dinero y atracos por parte de policías.
El Lic. Rodríguez Arias estaba en Costa Rica cuando fue nombrado Jefe de la Policía. Ese nombramiento a distancia es significativo, pues esto indica que entre todos los candidatos para ser Jefe de la Policía en esa época, el Lic. Rodríguez Arias fue el único considerado con esas cualidades y con la aprobación de la ciudadanía de esa época.
El capítulo titulado “Mi designación como Jefe de la Policía Nacional” provees ejemplos de cómo el Lic. Rodríguez Arias enfrentó la corrupción en la Policía, incluyendo la separación de 737 miembros debido a actos corruptivos.
El capítulo titulado “Apoyo de la prensa a mi gestión” incluye varios editoriales en soporte los esfuerzos del Lic. Rodríguez Arias in combatir la corrupción en la Policía, entre ellos el editorial publicado por El Nacional, miércoles 15 de mayo de 1991 y titulado “El Serrucho”.
Un mensaje de mucha importancia está en el capítulo “Los ascensos”. En ese capítulo el Lic, Rodríguez Arias primero informar sobre su ascenso en la Policía (ej., raso en el 1959, cabo en 1962, sargento en 1964, etc.) basados en méritos académicos y policiales, y luego discute los ascenso que son dados a policías “incompetentes y mediocres… [por] favoritismos y/o recomendaciones de políticos.”
El mensaje es que esos policías “no advierten que ascendiendo de esta manera [ej., recomendaciones políticas] apresuran su carrera y adelantan su retiro, pues no cuentan con la preparación académica y el crecimiento en experiencia que requieren cada rango”. El capítulo titulado “El Servicio Policial en un Estado Democrático” incluye otro mensaje de igual relevancia los policías deben recordar en su contacto con la comunidad: “Recuerden que el policía no tiene más fuerza que la que le da la ley.”
Esta autobiografía es una historia educativa porque en ella el autor no solamente narra sus éxitos profesionales, pero también educa a los futuros miembros de la Policía Nacional Dominicana en las cualidades requeridas para ser miembros de esta institución y de cómo esas cualidades son críticas en los ascensos basados en méritos académicos y policiales.
Nota del autor
Dr. Paniagua es profesor en la Escuela de Medicina de la Universidad de Texas, Galveston, Texas, USA.