Opinión

Hombres y mujeres grises

Hombres y mujeres grises

La definición de un hombre o mujer gris es la de aquel, o aquella, que necesita de una persona o institucion con luz propia para ser alguien. Una vez el, o la persona brillante sale del poder desaparecen, nadie los recuerda y regresan al anonimato de sus grises vidas.

Conocí a un hombre así en la Cancillería, asistente del entonces canciller Carlos Morales Troncoso, quien intentó una vez burlarse de los poetas diplomáticos. Tuve que recordarle que su líder Balaguer había sido ambas cosas, algo que no se esperaba, porque lo que menos tolera un hombre, o mujer gris, es que alguien se atreva a responderle. Hoy no logro recordar su nombre.

Los gobiernos están llenos de esos hombres y mujeres grises, que una vez el presidente de turno abandona el poder dejan de existir para el público. El problema es que mientras conforman el anillo presidencial tienden a conducir al presidente a todo tipo de errores. ¿Un ejemplo? los hombres y mujeres grises que influyeron para que Hipólito tratara de reelegirse, provocando la destrucción del PRD, hoy con apenas un cinco por ciento de la votación popular.

Otro ejemplo: los que fueron incapaces de aconsejar a Danilo Medina para que no permitiera que su hermana fuera presidenta de la Cámara de Diputados, un “gandísimo error político” que revivió todos los temores y contradicciones no solo en la población, sino dentro de su propio partido.

Todo el discurso de “yo no fui” del presidente se fue a pique y lo que había ganado con sus publicitados esfuerzos por erradicar la pobreza extrema se empantanó con una acción frente a la que alguien con su verdadero interés en mente debió de advertirle. ¿Como va a borrar ahora el hecho de que su hermana, en una clara acción de nepotismo, es la que dirigirá un poder que debería ser su contrapeso? Eso no se lo cree nadie.

Si a eso se añade la soberbia de remover a un funcionario que ha sido su amigo en las buenas y las malas, porque no pudo intervenir frente a un familiar en su favor, la imagen se deteriora aún más, porque media hora de soberbia no justificará jamás la desconsideración a un amigo que más que amigo era hermano cuando Danilo no era aún alguien poderoso. En ese sentido, todas las peraltadas no son más que rebatiñas de poder, para colocarse donde el capitán mejor les vea.

Lo peor de esa situación es que los y las grises nunca aprenden y repiten los mismos errores. Y lo mejor es que a final regresaran al lugar del cual no debieron salir nunca y no recordaremos ni sus nombres.

El Nacional

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