Al parecer la dejadez de las autoridades están teniendo éxito en lo que no pudieron lograr dos terremotos, un saqueo e incendio y un poderoso ciclón: convertir en ruinas la Iglesia Santa Bárbara, el monumento colonial en donde fue bautizado el niño Juan Pablo Duarte y Diez, el 4 de febrero de 1813.
Una observación poco minuciosa de la edificación evidencia el estado deplorable en que se encuentra el templo colonial. Sus paredes están llenas de hierbas y plantas que nacen desde su interior. Unas manchas negras de humedad y suciedad sustituyen los colores de los materiales con que fue construida.
El campanario y los techos tienen las huellas del deterioro producido por el tiempo y el olvido. Además pueden verse los rastros de los trabajos inconclusos, en procura de devolver la majestuosidad a tan importante obra. La pared izquierda, vista desde el frente, está sostenida hace años por unos gruesos tubos de hierro, al parecer para que parte de la edificación no se vaya abajo.
El descuido de todo el entorno que luce sucio y abandonado, aunque fue desyerbado recientemente, es usado por los transeúntes e indigentes del área como baño público donde hacen sus necesidades, por lo cual un fuerte mal olor a orina y materia fecal invade todo el lugar.
“Aquí todos los 26 de enero se hacía una misa en honor a Duarte. Ya tenemos más de cinco años que la celebramos en una carpa aquí afuera, y todos los años esperamos en vano que terminen la reparación. Pero no es solo la iglesia. En todo el área parece que nunca terminarán los trabajos”, expresó Juan Antonio Sosa, residente en el lugar.
Antecedentes
Ya para el 2010 la iglesia Santa Bárbara empieza a ocupar las primeras planas de los medios impresos por las denuncias del párroco de esa época y los feligreses del templo debido al abandono, alto grado de deterioro, grietas, filtraciones y la falta de iluminación, no solo de la iglesia sino de toda la Plaza Santa Bárbara.
Pasarían cuatro años para que se concretizara el rescate de la edificación religiosa, por mandato del presidente Danilo Medina, quien encargaría esta remodelación a la Oficina de Ingenieros Supervisores de Obras del Estado (OISOE) y tendría un costo de 54 millones de pesos. Hasta ahora los trabajos siguen paralizados, y sin tiempo de reinicio ni entrega.
La última vez que volvieron a comenzar los trabajos de remozamiento en la Iglesia Santa Bárbara fue en noviembre de 2014, por parte de la OISOE y fueron reiniciados desde cero (estudio de suelo e infraestructuras). Pero terminados estos estudios, fueron detenidos nuevamente sin que hasta la fecha se tenga información del reinicio de los trabajos en dicho templo.
Localización
La iglesia Santa Bárbara se encuentra localizada en el centro histórico de la ciudad de Santo Domingo, Ciudad Colonial, en la calle Isabel La Católica, esquina Gabino Puello, en el sector de Santa Bárbara. Se dice que fue levantado en los alrededores de los terrenos donde hubo un cementerio en la época de la colonización.
Esta plaza fue ubicada en lo que era el barrio de los canteros, en el área donde estaba la factoría de donde se extrajeron la mayoría de los materiales y las piedras que se usaron para la construcción de los más importantes muros y edificios coloniales del siglo XVI, tales como la Catedral Primada de América, la Fortaleza Ozama, el Hospital San Nicolás de Bari, entre otros.
Historia
El primer local donde operó la iglesia Santa Bárbara se construyó en 1537, y era una modesta construcción de madera, palos, cana y tierra. Tiempo después el santuario fue afectado por un terremoto y quedó totalmente destruido.
No sería hasta el 1571 cuando se levanta la actual iglesia ya con todas las características y materiales propios de las edificaciones de la época de las colonias. Durante la invasión de Sir Francis Drake, en 1586, el monumento religioso fue saqueado e incendiado.
Para poner a prueba la fe y estructura de la edificación, la naturaleza tendría su cuota de responsabilidad, ya que más tarde sería muy afectada por dos terremotos en los años 1673 y 1684. En la era moderna el ciclón San Zenón en 1930 le ocasionó grandes estragos a este templo que sería nuevamente intervenido por la dictadura trujillista.
Arquitectura
En su fachada de puro estilo español-colonial, con signo barroco encerrada entre dos torres desiguales que le dan un carácter muy original con tres arquerías de ladrillo, se muestran dos arcos ciegos y uno con puerta. Un campanario con ochos aberturas que hace mucho tiempo no resuena llamando a los fieles a escuchar la palabra del evangelio.
Las reparaciones realizadas a través del tiempo muestran diferentes estilos en la colonial edificación. Primero funcionó como parroquia ya que la zona del puerto y de la Atarazana eran las áreas más importantes de la ciudad.
Sus molduras barrocas y el rojo de los ladrillos resaltan sobre el blanco del fondo. En su interior tiene solo una nave con ocho capillas de épocas diferentes, con decoración gótico-isabelina, que bordean arcos y ventanas.
Fuerte y Plaza Santa Bárbara
Siempre se habla del abandono en que se encuentra la iglesia de Santa Bárbara, sin embargo en igual deterioro se encuentra el Fuerte de Santa Bárbara en el patio del templo. Este fuerte se construyó en el siglo XVII es la única plaza que tiene en conjunto iglesia y templo en República Dominicana.
Con una excelente ubicación geográfica en los tiempos de la colonia debió ser un formidable punto de ataque, ya que en su plazoleta principal seis viejos cañones, oxidados y tirados al suelo dan testimonio de esto. Además una muralla de piedra, abandonada, y una escalinata parcialmente destruida, que conecta a la iglesia con la fortaleza, forman parte de la citada plaza.
UN APUNTE
Ciudad Colonia
En agosto de 2013 el Gobierno inició el proyecto de rescate de la Ciudad Colonial. El Ministerio de Turismo (Mintur) y el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) firmaron un convenio con el propósito de restaurar y remodelar la vieja ciudad de Santo Domingo, a un costo de 30 millones de dólares.
En la actualidad aún no se han terminado dichos trabajos, y muchas calles de las ya restauradas presentan problemas en sus aceras y adoquines. Edificios y casas no han sido intervenidos. Casi la totalidad de las murallas que bordean la Ciudad Colonial están abandonadas.
Pared lateral de la iglesia sostenida por cuatro gruesos tubos de hierro, al parecer para evitar que se caiga.