Los detalles que se ventilan sobre la licitación en el Intrant para la modernización y agilización del tránsito generan cada vez más intrigas.
Amén de las supuestas irregularidades que determinaron la suspensión del contrato por 1,317 millones de pesos han salido a relucir otros casos que se prestan a interrogantes.
Uno de ellos es la indecisión que el director del Intrant, Hugo Beras, atribuye a la Dirección General de Compras y Contrataciones Públicas (DGCP) en cuanto a la designación de veedores para supervisar el concurso.
Beras, quien pidió licencia para facilitar la investigación de la licitación, dijo que hizo la solicitud en dos ocasiones a la DGCP y que en ninguna de las dos recibió respuesta. Es un detalle que la entidad dirigida por Carlos Pimentel debe aclarar para despejar cualquier tipo de suspicacia.
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Todavía la designación de veedores en las licitaciones no fuera parte de sus funciones, se presume que siquiera por cortesía a Beras, de ser como afirma, se le debió ofrecer una explicación.
Puede que las gestiones de Beras sobre los veedores evidencien buenas intenciones y transparencia con que quiso se efectuara la licitación. Que se aclare.