¿Para qué una nueva ley policial?
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Ninguna solución a los conflictos de la sociedad es fácil y el problema de la inseguridad y la violencia de por sí ya es complejo. La verdad que entreteniéndonos con una nueva ley que contrapone lo esencial: que es mejorar y fortalecer la ley a sustituir, y que para colmo ignora los derechos de los policías, nunca llegaremos a resultados exitosos y mucho menos, si culpamos a la Policía de responsabilidades que corresponden al conjunto del Estado y a los principales directivos de los poderes públicos, de los cuales, la Policía, tan solo es una partecita, que ni siquiera tiene facultades deliberativa.
Con quejas y críticas muy bien podemos ayudar a hacer conciencia sobre un problema tan grave y tormentoso como este que intranquiliza el conjunto de la sociedad. Pero, eso para nada solucionará dicho conflicto. A excepción de la implementación del 911 las medidas o acciones tomadas para resolver este funesto panorama son repetitivas y fallidas, que bien podríamos compararlas con afanes de cada período de cualquier tradición anual; o sea, como una obra de temporada.
Seguimos fracasando en cada plan dispuesto por los gobiernos. Hoy la sociedad vive una pandemia de miedo provocada por la inseguridad y la violencia en todas sus manifestaciones.
Qué vergüenza… ¿Y dónde está el orgullo de nuestros gobernantes progresistas que alardean tanto de crecimiento y mejoramiento? ¿Hasta cuándo permitiremos se sigan burlando del pueblo y del ordenamiento jurídico?
Hemos propuesto repetidas veces durante dos décadas (de lo que hay un libro, algunos ensayos y miles de artículos publicados, como ejemplo, de nuestra autoría) la necesidad urgente de una cumbre abierta con verdaderos expertos que puedan establecer soluciones, entre ellos: psicólogos, sociólogos, psiquiatras, criminalistas, criminólogos, antropólogos, forenses en diferentes áreas. Además ingenieros en tránsito y transporte, cartógrafos; juristas penalistas, civilistas y constitucionalistas; y por último, policiólogos, entre otros.
· Primero, voluntad política (un compromiso responsable de nuestras autoridades)
· Segundo, para estudiar la problemática de cada conflicto social que consecuentemente produce la inseguridad, la violencia y los crímenes; es obligatorio dar un enfoque criminológico de manera transversal al tema en cuestión; (La Criminología es una ciencia empírica inter y multidisciplinaria que tiene como objeto de estudio el delito, el delincuente, la víctima y el control social, con el objetivo de prevenir el delito e intervenir sobre todas sus dimensiones).
· Tercero, establecer las políticas públicas correspondientes.
· Cuarto, clasificar las estrategias adecuadas.
· Quinto, disponer los recursos económicos y materiales que respalden cada medida propuesta.
· Sexto, instaurar los procesos de depuración, capacitación, clasificación de los recursos humanos por especialidad y no solo le compete a los policías, sino a todos los funcionarios encargados de hacer cumplir la ley; jueces, fiscales, policías, colaboradores, etc. (sistema de justicia completo). Todo ello, con estricto control de disciplina y doctrina ética, como camisa de fuerza para cumplir cada quien con su misión preventiva y de salvaguarda de la paz y tranquilidad social (seguridad humana).