Aún siguen los tribunales cerrados en todo el país, generando un estado de injusticia y atribulaciones en miles de litigantes que sufragan sus gastos familiares con su trabajo cotidiano representando a sus patrocinados en conflictos con la ley o en litigios en las diversas áreas judiciales, llegando al extremo lastimoso de pasar hambre, según testimonios de letrados de la Línea Noroeste y de otras provincias del Cibao, situación provocada por la obstinación del presidente del Poder Judicial de imponer el conocimiento de expedientes de manera virtual, un sistema que ha resultado en un total fracaso.
En artículos anteriores nos hemos referido a la nueva modalidad que pretende tener justificación en la pandemia que afecta al país, mientras todos los sectores de productores de bienes y servicios están laborando a toda capacidad. En relación al tema, el abogado Wáskar Marmolejos, quien pertenece al grupo Debates Jurídicos, compuestos por jueces, fiscales y abogados de La Vega, Santiago, Puerto Plata, Mao, Santiago Rodríguez, Dajabón y Montecristi, nos hace las siguientes anotaciones:
“A mí me parece que nos hace falta hacer conciencia, pues muchos tenemos los conocimientos y los recursos para enfrentar este esquema de «virtualidad» que nos ha sido impuesto, sin base legal suficiente para provocar el trastorno del servicio judicial en toda la geografía nacional, pero nuestro papel no es defender una clase «afortunada», una que tenga conocimientos y destrezas, sino reconocer que el servicio judicial está reconocido como un derecho fundamental, que el acceso a la justicia, libre de trabas y dificultades, es un pilar del Estado de Derecho y, que los abogados nos formamos para defender hasta el que no ha sido oído, el que no goza de los privilegios de que gozamos nosotros.”
“Que la publicidad de las audiencias no se logra con simplemente poner a disposición de todo el mundo un «enlace» o «link» para «convertir» una audiencia virtual en una «audiencia pública», porque todos sabemos que ese método permitirá que muchas cosas que antes eran de «acceso público fácil, abierto y verdadero», ya no lo serían más, como por ejemplo, la vigilancia que la comunidad ejerce, con libertad y sin ningún «enlace o link».
Por: Hugo A. Ysalguez
dr.hugoysalguez@hotmail.com