En tanto las incógnitas se incrementan, el despliegue de tropas internacionales en Haití encabezadas por Kenia es una realidad.
El comandante de los soldados ha sido el primero en llegar y ya se ha entrevistado con el jefe de la Policía y con el Consejo Presidencial de Transición para coordinar la lucha contra las pandillas. El contingente de soldados lo haría en las próximas horas.
Estados Unidos, además de rehabilitar el aeropuerto, ha proporcionado al Gobierno vehículos blindados y otros equipos de combate en una lucha que se supone será larga.
Esto así porque también los pandilleros, que conocen mejor el terreno y controlan la mayor parte de la infraestructura, también se han preparado para enfrentar a las tropas extranjeras.
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El presidente Joe Biden recibió al gobernante de Kenia, William Ruto, en la Casa Blanca para ultimar los detalles de la intervención. Kenia, que dijo dispondrá de mil soldados, ha alegado problemas económicos para financiar la misión.
Pero el problema ahora no son los gastos, con los que correrán Washington, la ONU y algunas potencias, sino la capacidad bélica de los pandilleros.
Los grupos de maleantes no solo no han cesado en sus fechorías, sino que uno de los principales líderes, Jimmy Cheriezer (Barbecue), ha advertido que enfrentará con las armas a las tropas extranjeras.
Con ese panorama es difícil predecir el desenlace de esa intervención internacional en Haití de no ultimarse hasta el mínimo detalle.