Deja mucho que desear que el director de Compras y Contrataciones Públicas (DGCP), Carlos Pimentel, ignorara la violación de las leyes en que se incurría con su designación adicional como incumbente de la Alianza Público-Privada (APP).
Pero también plantea interrogantes que no obstante la incompatibilidad señalada hasta por el consultor jurídico del Poder Ejecutivo no se derogara el decreto que nombró a Pimentel director de la APP.
Después de defender la doble función, Pimentel, tras un aluvión de cuestionamientos, desistió de asumir el nuevo cargo.
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Si las funciones son incompatibles se entendía que el conflicto quedaba resuelto con otro decreto del presidente Luis Abinader.
No se sabe por qué se dejó que el caso hiciera tanto ruido. El intenso escarceo debe servir de experiencia para observar el mayor cuidado en decisiones que chocan con la ley.