¿Qué es la bachata?
Es un ritmo popular bailable dominicano, producto de un cruce musical entre el bolero rítmico y corrientes musicales de origen africano, es como el Son cubano, el propio merengue y el cha-cha-chá, tremendamente discriminado por los sectores de la alta sociedad.
Durante los años 60 y principios de los 70, considerada música de cueros, chulos y guardias, y se le etiquetó como música de amargue, asociada con la bebida desordenada, los ambientes deprimidos socialmente y el desamor. Sus primeros textos y muchos de los de ahora continúan siendo machistas e incitadores de la violencia contra las mujeres, con las contadas excepciones que se notan en la producción de artistas con prestigio académico y formación social con criterio.
A partir de los años 80, se masifica la bachata y se viste de ciudadanía aupada por su lanzamiento en grande de parte de los medios de comunicación. Antes de la década de los 80 la única estación radial que estimuló la bachata en los años de su desprestigio era Radio Guarachita, de Radhamés Aracena.
Luis Días, Víctor Víctor y Juan Luis Guerra mostraron que el ritmo era sólo un medio y que podía usarse con textos poéticos amorosos y sociales y con nobleza en sus arreglos musicales.
El padre de la bachata es José Manuel Calderón, músico, cantante y compositor dominicano, pionero de la bachata. Nacido el 9 de agosto del año 1941 en San Pedro de Macorís.
Es el primer músico dominicano que grabó bachata, con sus temas Borracho de amor y Condena, el 30 de mayo de 1962 en los estudios de Radio Televisión Dominicana. La voz de Calderón no era como la de los bachateros típicos.
Dice Wikipedia que era la de un barítono, similar al mexicano Pedro Infante, con las lógicas distancias a ser respetadas. Innovó la instrumentación con usar secciones de cuerdas, vientos, piano, y fue quien sustituyó la maraca por la güira. Cuando se mudó a Nueva York, en 1967, grabó con sellos discográficos internacionales como Kubaney y BMC.
Después de cinco años en Estados Unidos volvió a República Dominicana, sólo para encontrar que los bachateros habían sido marginados, ya que el género se asociaba con la pobreza y la prostitución. Sólo se podía escuchar bachata en Radio Guarachita. Decepcionado con la situación imperante en el país, Calderón volvió a Nueva York (Washington Heights) donde pudo popularizar el género. En la actualidad, con la reciente aceptación de la bachata en República Dominicana, Calderón no ha recibido todo el l reconocimiento que se merece.
Primera etapa. Estos fueron los iniciadores de la popularización del género.
Luis Segura, llamado también El Añoñaito, por su forma quejumbrosa y tierna de interpretación. Nació en Mao. Es una figura crucial y pelea por el título que tiene Calderón. («El Padre de la Bachata»). Es uno de los mejores en su arte con éxitos como «Pena», «Dicen», y «No me celes tanto». También es conocido por el uso del doble sentido en sus canciones, como el tema
«El Salón» (que también se conoce como «El Pajón»), pieza que no le gusta que nadie le recuerde. Se mantiene activo. Es un patrimonio vivo nacional de la bachata. En 1964, Luis Segura grabó Cariñito de mi vida, su primer sencillo.
Inocencio Cruz, quien logró con Amorcito de mi Alma todo un fenómeno y generó un sub-estilo interpretativo en la bachata. Su elegante presencia de hombre negro impuso una imagen afro al escenario de la bachata. Amorcito de mi Alma tiene todavía la virtud de impresionar al publico contemporáneo.
Rafael Encarnación, un bachatero que dejó los éxitos: Muero por ti, Pena de Hombre, ¡Ay que amor!, Sin Rencores, No lo niegues, entre otros. Su voz fresca y penetrante fue apagada tempranamente por un accidente vial. Encarnación cautivó a los amantes de este ritmo.
Debutó en octubre de 1963 y murió trágicamente en marzo de 1964.
Segunda etapa.
Dos años antes de la fundación de El Nacional, 1964 nació Radio Guarachita, propiedad de Radhamés Aracena. La Guarachita, originalmente una tienda de discos ubicada en la calle El Conde, tuvo una participación fundamental en la difusión radiofónica del género, aparte de ser la empresa que realizaba las grabaciones de los artistas representantes de la bachata, lo que generó una especie de segunda oleada en la que se destacan:
Mélida Rodríguez «La Sufrida», una de las poquísimas cultivadoras de la bachata
Leonardo Paniagua, con cuyo trayecto se comenzó a favorecer socialmente a la bachata, la cual constituye parte de una expresión que tuvo auge en los años 70 y 80, cuando esta tendencia declinó a favor de las expresiones un poco más «refinadas» de la bachata. con sus recreaciones de canciones populares como Chiquitita, (Abba) y Amada amante (Roberto Carlos).
Tercera etapa
En este período se produce el salto más importante desde el punto de vista temático y musical. Conforman esta parte:
Luis Días (El Terror). Introductor del llamado Tecno-amargue y creador de temas como Mi guachimán (Sonia Silvestre), El Terror muestra que la bachata puede ser mucho más que lo que había sido hasta ese momento.
Víctor Víctor, con sus letras para el tema Corazón de Vellonera, interpretado por Sonia Silvestre. Vitico es uno de los artistas que mejor ha reflexionado sobre la bachata. Aclaró que Luis Segura forma parte de la segunda o tercera generación de la bachata y que de ahí en adelante han surgido muchos intérpretes que han tenido éxito.
El verdadero bachatero escribe sus canciones, sostiene. Además Vitico opina que la bachata actual ha logrado romper barreras elitistas, ya que antes era rechazada por ser considerada música de amargue y de clases bajas.
Juan Luis Guerra. Crea, con Bachata Rosa, la nueva etapa del género, llevándola a niveles insospechadamente internacionales, transformando su forma para siempre.
Ántony Santos, el más cotizado, el menos mediático hasta un punto en su carrera. Considerado el mayimbe de la bachata. La descaudalada energía que exhibe en sus presentaciones en vivo lo definen como el más intenso ante su público.
Luis Vargas, pilar moderno de la bachata. Poseedor de una voz y un estilo únicos. Polémico cuando tiene que serlo.
Raulín Rodríguez, una de las voces más hermosas y tiernas de la bachata.
Joe Veras, precursor de un aliento singular en el género.
Frank Reyes, elegancia y buen manejo. Uno de los de mejor asesoría de imagen y un vendedor nato de discos.
Zacarías Ferreira, juventud con garras para hacer de la bachata un género expresivo y único.
Elvis Martínez, un estilo establecido, que comenzó con el horrible apodo de El Camarón, pero que se ha ido perfeccionando en su criterio de selección de temas, ahondando su proyección internacional. A la moda y elegante, no descuida detalles.
Yoskar Sarante, diferenciador en el estilo. Sobreviviente y exponente de un poder de convocatoria. Ha creado su espacio en base a calidad.
Monchy & Alexandra, dúo que hizo historia. El mejor de toda la historia de la bachata. Separados, Ya no es igual, pero cada quien tiene derecho a seleccionar su camino.
El Chaval, trabajador incansable y forjador de su espacio.
Teodoro Reyes, excelente compositor e intérprete. Escribió La Jamaquita a Fernando Villalona. Su sonido sabe a la bachata rítmica de antes.
Kiko Rodríguez. Artista que se trabaja a fondo, gerenciado por Porfirio Sexce, ha establecido impactos en sus conciertos y en sus éxitos, como ocurrió con El verde de tu ojos, Loco, Quedé solo en la pobreza. Hace una bachata limpia temáticamente hablando y contagiosa por su ritmo.
Luis Miguel del Amargue, destacado por ser el principal promotor de la bachata en Europa, exhibe niveles de internacionalización que ya quisieran tener otros. Es muy cotizado y exigente en la producción de sus discos.
Monchy & Natalia, el dúo que trata de dar valor a la canción bachatera a dos voces. Una apuesta interesante, pero que siempre trae a la memoria al dúo original.

