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La imbecilidad de las RRSS

La imbecilidad de las RRSS

José Antonio Aybar

La imbecilidad se ha puesto de moda en las redes sociales (RRSS), uno de los grandes avances de la tecnología de la información de finales de siglo XX, que se ha convertido, hoy día, en una bomba de neutrones en manos de quienes desconocen su poder.

Ese poder que bien utilizado ha derribado barreras culturales, sociales, políticas y gubernamentales, también ha supuesto un retroceso en el crecimiento individual de usuarios que han preferido convertirse en promotores de materiales enajenantes.

En ese grupo se inscriben los “haters”, usuarios que solo emiten comentarios negativos, procurando difamar y destruir el blanco de sus ataques; portadores de críticas, ofensas, discriminaciones y cuyo único medio es la hostilidad.

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El asunto se complica más cuando se pasa de “hater” a ciberacosador, cuando ya el individuo hostiga con insultos y publica información que afecta la privacidad de otros.

El más grave de los ciberacosos es el “grooming” o “engaño pederasta”, cuando personas mayores, simulando ser niños, acosan menores de edad.

La imbecilidad de las RRSS

En el aspecto informativo uno de los graves males de las RRSS son las llamadas “fake news” (noticias falsas) que transitan sin reparos en el ciberespacio, con tan “buena suerte” para quienes la propagan que hoy día los digitales de los medios tradicionales se hacen eco de ellas con la consabida fe de errata que ya se va haciendo común, sin ningún sonrojo.

A todo esto se agrega el individuo que ha logrado monetizar las RRSS, de tal suerte que haciendo uso de la arrogancia se ha atrevido a “aconsejar” a sus seguidores a no molestarse en estudiar, porque ya no es necesario “quemarse las pestañas” para hacer dinero. Y en esa ola se montan sus adláteres que, cual manada de borregos, caminan detrás del “mesías”, rumbo al matadero.