Actualmente una de las mayores preocupaciones de la población dominicana es el tema de la inseguridad ciudadana, y aunque desde las autoridades competentes se han estado haciendo ingentes esfuerzos para combatirla, es una preocupación general los hechos delictivos que están agobiando a la población.
De poco sirve que tengamos un país con alta tasa de crecimiento y de estabilidad económica si el ciudadano sale a realizar su vida cotidiana con amplio temor de que en cualquier momento pueda ser víctima de desaprensivos amantes de los bienes ajenos
Llama mucho a preocupación que, en un elevado porcentaje, los delitos son cometidos por jóvenes, muchos de ellos menores de edad; con el agravante de que, en numerosos casos, estos delitos vienen acompañados de actos de violencias.
Anteriormente los ciudadanos tomaban medidas preventivas, como no andar solo, no transitar a pies por lugares que se entendían peligrosos, limitarse a transitar tarde de la noche y mucho menos por lugares solitarios y oscuros.
Las medidas preventivas han quedado obsoletas, el modus operandi de los malhechores parece mutar cada vez que la población y las autoridades establecen nuevas acciones; no hay horas, lugares ni extracto social, ya sea a pies o montado, que evite ser blanco de la delincuencia.
Se hace urgente establecer los métodos que sean necesarias para erradicar o paliar este terrible mal que corroe a nuestro país y que no solo afecta a las victimas en sentido particular; por la alta tasa de delitos, esto se ha convertido en un mal con carácter nacional y que, por tanto, afecta a la imagen del país a nivel internacional.
Los hechos delictivos ponen en riesgo nuestra estabilidad y aleja no solo a los visitantes extranjeros; también los dominicanos ausentes temen visitar a su país, y lo han manifestado en encuentros con familiares y relacionados que residen fuera de nuestra patria.
Se hace urgente tomar las medidas que sean necesarias para recuperar la seguridad ciudadana, ya que este terrible mal afecta no solo a los ciudadanos, esto afecta la inversión extranjera, al turismo y otros sectores vitales en nuestra economía, por lo que se pone en juego la estabilidad de toda la nación.
Debemos entender que la falta de seguridad ciudadana ha pasado a ser un problema de seguridad nacional, por tanto, es urgente que todos los sectores de la nación se unan en esfuerzos conjunto a fin de prevenir y reprimir los delitos no importa los métodos y los recursos que haya que tomar.
Este mal no es un caso de responsabilidad exclusiva del Presidente o una institución especifica, hay que vincular a todos los sectores nacionales para tenerlo.