Opinión

La invasión del 16

La invasión del 16

Este 16 de mayo, precisamente un día después de que el pueblo dominicano haya asistido a las urnas para cumplir con el mayor de los ejercicios democráticos, se cumple el centenario de la invasión de Estados Unidos al territorio dominicano.

Una bochornosa acción que se repetiría 49 años más tarde. Ese 16 de mayo de 1916 comenzó el desembarco de los marinos estadounidenses, que en pocos días tomaron el control de la ciudad de Santo Domingo y dos meses después los principales puestos militares del país estaban en sus manos.
Sin embargo, no fue hasta el 29 de noviembre de 1916 que el capitán H. S. Knapp publicó la proclama oficial de la ocupación del territorio dominicano.

Cuando se produjo el hecho, se estimaba que el 90% de la población era analfabeta, pero como paradoja de la vida, una de las primeras disposiciones del gobierno de ocupación fue la promulgación de una ley que establecía la obligatoriedad y gratuidad de la educación básica para los niños de entre 7 y 14 años.

También anunciaron la creación del Consejo Nacional de Educación, encargado de la supervisión general de la instrucción pública, y la instalación de numerosos planteles escolares primarios en las zonas rurales.
En contrapartida, se le prestó escasa atención a la educación secundaria, se cerró la Universidad de Santiago y se dio categoría de instituto a la Universidad de Santo Domingo.

La invasión terminó con el Plan Hughes-Peynado, en 1922. La crisis económica desencadenada en 1921, las campañas a escala nacional e internacional en contra de la intervención, y la elección de un nuevo presidente norteamericano favorable a la salida de las tropas de ocupación, propiciaron la celebración de este acuerdo que sentó las bases para la vuelta a la vida independiente de República Dominicana.

Se llamó así en virtud de los nombres de los negociadores Francisco J. Peynado, por la parte dominicana, y el secretario de Estado Charles Evans Hughes, por los Estado Unidos.

Estipulaba la instalación de un gobierno provisional electo por los principales líderes políticos dominicanos y el arzobispo de Santo Domingo.

El Nacional

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