Opinión

La justicia hizo metástasis

La justicia hizo metástasis

Era un secreto a voces. Lo denunciamos un sinnúmero de ocasiones, y esta semana se vuelve a confirmar lo evidente: la metástasis de la corrupción del PLD tiene profundas ramificaciones en el Poder Judicial, desde donde han emanado vergonzosas sentencias, condenando, la institucionalidad y la democracia de la República Dominicana.

Todo a causa del secuestro del Poder Judicial, bajo el control del PLD, debido al traje constitucional hecho a la medida en 2010. Haber enterrado la independencia de los poderes, y asumir el control total del mismo, para que prevalecieran pactos oscursos, blindar intereses políticos y garantizar la impunidad, ha sido un retroceso dramático para la institucionalidad democrática.
Ahora se muestra el tope de las metástasis, de un enfermo que está en cuidado intensivos.

El hecho de que jueces cuestionados públicamente por emitir sentencias y archivos a pesar de la clara evidencia de malversación de fondos y enriquecimiento ilícito, sean los encargados de cuestionar públicamente a otros jueces que han admitido irregularidades en los procesos «por órdenes superiores».

Precisamente, esto es lo más preocupante. A qué se refieren estos jueces suspendidos cuando hablan de «órdenes superiores», de quién o quiénes han aceptado dinero para favorecer a acusados de probada culpabilidad. Y lo que es peor, a quiénes se está protegiendo al cortar algunas cabezas y no ir detrás de los responsables intelectuales y de poder que hay en ese entramado.

Cabe preguntarse además, cómo pueden aliados del PLD, antes fieros opositores, cuestionar las críticas de la oposición política y hablar de conservadurismo, cuando con su silencio, complicidad y apoyo electoral a cambio de un pedazo del bizcocho, son fieles garantes de que el país permanezca en el sótano de la mediocridad y el subdesarrollo.

Hoy fue el turno de la justicia, mañana las revelaciones hablarán de nuevas propagaciones. Urge recuperar la independencia de la justicia. En un gobierno de Luis Abinader, la tolerancia será cero ante la corrupción, el tráfico de influencias y el abuso de poder, hoy, todas banderas de un partido convertido en corporación, y de una clase gobernante irreconocible por sus ansias enfermizas de poder.

El Nacional

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