Quién soy y qué quiero ser en la vida puede ser la pregunta clave para iniciar un plan que nos conduzca hacia el éxito. Teóricamente “suena bonito” y por igual aplicable sin ningún problema. Es la identidad y nuestra visión, la misión que asumiremos y con qué visión de mediano y largo plazo. Toda una ruta a partir de mi posibilidad y/o potencialidad. Tomada la decisión es cuestión de organizarnos en torno al cómo vamos a lograrlo mediante unos presupuestos mínimos.
Pienso que igual ocurriera con cualquier nación del mundo.
Seguirle los pasos a cualquier país pequeño e isleño como nosotros los dominicanos nos permite observar los procesos seguidos para alcanzar su plenitud. No es simplemente educación, y punto. Hay algo más. Por ejemplo, ¿de qué hemos vivido históricamente?, y si el menú descansa en ganadería, pesca, agricultura y afines, entonces habría que partir de todo aquello que la propia naturaleza nos ha permitido aprovechar hasta ahora.
Las propias condiciones naturales y climáticas podrían indicarle a un país o nación el camino para su progreso o bienestar, a partir de lo cual tendría suficiente elementos para organizar su territorio. Otros lo han logrado. Así nosotros podríamos vernos por región o provincias, vernos como el conjunto y los elementos de que está compuesto.
Es decir, ¿cómo nos organizamos las personas respecto de nuestras actividades productivas y su especialización según regiones, provincias o municipios? ¿Cómo podríamos estructurar el territorio en relación a sus actividades productivas? Si el mayor potencial histórico de una zona o región es la producción de leche y carnes, lo ideal es que dispongamos del personal adecuado para aprovechar al máximo todo lo relativo a leche, carne y crianza de ganado vacuno.
De ahí que las sociedades con definiciones claras de qué quieren evolucionan rápidamente. Si producimos leche y carnes por la crianza de vacas, ¿nos quedaremos pastoreando? ¿Haciendo las cosas que aprendimos de niños sin pensar en cualquier posibilidad de industrializar la producción de carne y leche? ¿Qué se deriva de la carne, de la leche, de las pieles? ¿Cómo podemos aprovecharlo todo para crecer y expandirnos en cuanto oferta y niveles de competencia?
Allí donde producimos cacao y café, y cuyas riquezas potenciales descansan en esos dos artículos, ¿qué hacer? ¿Hacer lo mismo año por año? Desarrollar capacidades para la producción de riquezas sería la lógica, la razón de ser hasta de educarnos. Nunca me cansaré de repetir lo dicho por otros: organizar nuestro ejército en relación a la batalla que echaremos.
Se actúa correctamente cuando a productores de chinola u otros frutos nuestros se les enseña desde el Estado a transformar su realidad a partir de lo que tienen a mano para vivir.