Morir en Bruselas
Título: Morir en Bruselas; género: novela de testimonio forense; autor: Pablo Gómez Borbón; Prólogo: Tony Raful; primera edición: abril, 2021; diseño de portada: Evy de Hauwere; diagramación: José Alberto de los Santos; impresión: Editorial Buho SRL.
Morir en Bruselas, de Pedro Gómez Borbón, es un título marcador que debe ocupar un espacio por la metodología de lo investigado, su diversidad de fuentes y la responsabilidad que exhibe el autor, uno que desde ahora debe ser visto y tratado con el respeto que merece alguien capaz de transformar y reivindicar un hecho de la magnitud del enfocado, sentando un modelo al tono de los tiempos para establecer luz y certidumbres sobre un garrafón descriptivo con riqueza imaginativa, Una obra que parte aguas. Morir en Bruselas permite batir las palmas de la literatura y la historia.
Se trata de novela atípica, iniciando porque desde los motivos de escribirla que no fueron los ímpetus de la ficción los que mueven al autor. Es literatura por estilo, pero investigación a partir de sus hallazgos.
Es literatura documental que resume siete años de investigaciones, de revisión de documentos en ocho países, las consultas y la colaboración de más de 50 testigos, participantes en los hechos e historiadores además de 11 técnicos y profesionales de la documentación histórica en el Archivo General de la Nación, que vuelve a ratificar su valor como fuente de información verificable y bien conservada como patrimonio cultural dominicano. El AGN fue fuente fundamental de documentos para este trabajo
En apariencia, por la sugerencia que implica el género que intenta definirla, la novela, su base es la descripción, elegante, fluida y de un estilo que resalta por su manejo de los detalles descriptivos, apoyada en la fuerza de la realidad de sus hechos.
El motivo del autor es exponer, en procura de responsabilidades, un hecho cruel e indescriptible: el asesinato de dos personas en la capital de Bélgica, contra el secretario general del Movimiento Popular Dominicano y Miriam Pinedo, viuda de Otto Morales, acontecido el 23 de mayo de 1971 y que legalmente proscribió porque han pasado ya cincuenta años.
En Morir en Bruselas, hechos y personajes son reales. No apela el autor a licencias de la fantasía, a seudónimos (con excepción de dos personajes, dos investigadores belgas), empleados para conectar información que levanta.
El autor desempeña un doble papel: el del cronista periodístico de investigación a profundidad y como escritor que respeta el estilo y las normas de la narrativa hermosa y bien terminada.
El libro transcurre como impactante narrativa, propia de un thriller cinematográfico, desde sus primeras páginas, cuando el autor se luce y es un acicate que deja tremendas lecciones sobre el irresponsable olvido colectivo ante un hecho de esta magnitud y las irresponsabilidades irresueltas.
Morir en Bruselas está desarrollada con una formidable estructura narrativa, que convoca la fuerza de sus datos, tan hermosamente expuestos con los que sorprende agradablemente la elegancia y fuerza de su imaginario.