Editorial

Limpieza y ornato

Limpieza y ornato

 El Ayuntamiento del Distrito Nacional ha creado un cuerpo especial integrado por 150 agentes que tendrían a su cargo la seguridad de la Ciudad Colonial, como si la Policía Nacional ni la Policía Turística alcancen para  resguardar el orden en ese perímetro de la capital, que lo que necesita es  garantía de limpieza y ornato.

Esos policías municipales incursionarían también como guías turísticos, actividad que se creía reservada al Ministerio de Turismo,  y también al cuido y protección de los parques de la zona, para lo cual suplantaría  a la Dirección de Parques.

Se aplaude el inusitado interés del alcalde Roberto Salcedo para que la zona intramuros incremente su potencial turístico y se convierta en un gigantesco centro de negocios, pero resulta  exagerada la creación de una policía paralela que suplantaría labores de otras instituciones.

La obligación del Cabildo debería  circunscribirse a promover limpieza y aseo de la Ciudad Vieja y, obviamente,  todo el Distrito Nacional,  proteger las áreas verdes y otros espacios públicos, para lo cual sólo se requiere la participación de  compañías  dedicadas a la recogida de basura y personal ordinario de esa institución.

El Ministerio de Turismo es el encargado de promover el potencial turístico de la zona, mientras que a la Policía le compete reguardar el orden y la Policía  Turística tiene la misión  especial de garantizar  plena seguridad a los turistas que visitan o pernoctan en el área, en tanto que Autoridad Metropolitana de Transporte (AMET) vela por el cumplimiento de las leyes de tránsito.

No hay razón valedera para que  el Ayuntamiento pretenda suplantar o intervenir en otras áreas ajenas a su quehacer que deben ser servidas por  otras instituciones señaladas por la ley, que además disponen de personal suficiente y bien entrenado para cumplir con  esas misiones.

Esos 150 policías municipales, además de conformar una costosa e innecesaria burocracia, confrontarán problemas de  autoridad y jurisdicción con los miembros de otras  dependencias que seguramente no permitirán que  el Cabildo los desplace en sus labores.

La ciudadanía estaría más que satisfecha si  el  alcalde y el Ayuntamiento se circunscriben a  mantener limpia la Ciudad Colonial y todos los ámbitos de   Santo Domingo, por lo que se aconseja que, al cumplir con ese requerimiento básico, permita que las demás instituciones oficiales también cumplan con sus respectivos deberes y obligaciones.

El Nacional

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