Amable Mejía
amablemejía1@hotmail.com
Loraine Ferrand es actriz y poeta. Quizás más conocida como actriz de laboratorio que como poeta, que al caso que nos asiste en las dos es un “huracán en la sangre”. Sus imágenes y metáforas son de vientos huracanados, salobres, malcriados, donde está presente la mujer que es mujer para lo que le conviene y para lo que no conviene. Al igual que para la poesía y el teatro.
Poeta ante que actriz por su actitud hacia la vida y los oficios que comparte con su imaginario, con su vida, como la entiende, como la práctica.
En el año 2000 puso a circular “Texto de luz para representar (poemas)”, de publicación independiente. Antes había publicado en diferentes órganos impresos. Este primer libro, desde su diseño hasta los poemas que lo componen, es digno de su oficio y su manera de entender el arte en general.
Comenzó como lo hace quien conoce lo que se está haciendo en las áreas que se desenvuelve, con luz, con sensibilidad, con denunciar su condición de mujer pensante, no para la comodidad de sí misma, sino todo lo contrario.
Su manera de entender la creación poética está cerca de: “El poeta debe crear su propio lector y de ninguna manera expresar ideas comunes”. (Gastón Barchelard). Es a lo que ha sido fiel La Ferrand, tanto en este su primer libro, hasta el segundo de poesía, unos años más tarde: “Por abajo” del año 2005 del proyecto de Ángeles de Fierro y la Editora Nacional, del Ministerio de Cultura. En la misma línea creativa en busca de saltar lo cotidiano, tanto de la manera del decir “explosivo” del poema como su diseño.
Es actriz de laboratorio y no es a lo “loco” que no sabe lo que está haciendo, con conocimiento de causa de una manera como de la región y el océano que la vio nacer, el Atlántico.
Un mismo cordón umbilical trae al mundo dos, tres… una misma Loraine es una línea y círculo de tiza a la vez que, encierra sus “delirios” por la palabra, las imágenes telúricas, las metáforas fulgurantes, las ideas en una especie de: “Cuidado es frágil” como si fuera cristalería, y, ¿quién dice que la poesía de Loraine Ferrand no los es? Es viento, sal, sueños, patadas, arañazos, lagartos, serpientes, para ser mujer ante la vida y el arte “descubriendo los pasillos de la noche”, ¿sus noches o de la mujer universal y dominicana a la vez? Todo esto se puede encontrar al leérsela no para comprenderla, que es lo último que ella quisiera, sino para “entender” una estética-estratégica creativa. Esto de texto de luz para representar (poemas), en toda su vida pensante y orgánica. Podría decirse: la comodidad para Loraine es la muerte, como para todo ser viviente.
Si su primer libro representó su primera actuación en la poesía dominicana como poeta, no aquí está una mujer sola, sino he aquí una mujer cósmica, que la única comprensión que quiere de la vida es vivir, morir y un largo etc.
Llega “Por abajo” con la misma postura ante sí misma y “explotar” al posible lector que busca comodidad cuando es todo lo contrario que se le plantea.
Ella nos plantea su “mundo”, para el lector sapiente y orgánico al decir: “Dependo del azar, en el Caribe/tarde de encuentro viendo el fuego de tus ojos en el café la noche”. Ambos poemarios son fruto de un mismo cuerpo, pero no de una misma postura y menos de un mismo pensar, excepto trastornarlo todo, no por trastornarlo.
Quien busque “comodidad” en la manera de como Loraine entiende la poesía, la vida, el discurrir de la sociedad dominicana, que saque los pies del agua y vuelva a calentarla e introduzca de nuevo los pies y que no lo vayan a hacer con la cabeza, es mi recomendación.
Esta poeta de factura para un posible dolor metafísico anda detrás con todos los sentidos y el cuerpo del decir poético como la explosión de un arco iris, si fuera posible en el caso de esas líneas de colores fruto de la naturaleza, pero en su caso todo es posible, pues nada más hay que leérsele con todos los sentidos y si es posible dejar algunos amarrados por un posible naufragio para la aventura poética.
La Ferrand es todo trabajo, sensibilidad. Una búsqueda constante para domesticar el ocio contra toda comodidad tanto mental como física. Para Loraine la poesía sino es la vida, es parte de ella por lo hermosa que la convierte.
El autor es escritor.