El escape de los peloteros cubanos Yulieski y Lourdes Gurriel Jr (así lo están escribiendo ahora), ambos hijos de la antigua superestrella y ahora dirigente, Lourdes, no debe haber tomado por sorpresa a las esferas deportivas cubanas que impusieron todo tipo de seguridad para cuidar al tesoro más preciado de su selección nacional.
Yulieski, nacido en Sancti Spiritus, el 9/6/84, debutó en la selección mayor en los Juegos Panamericanos del 2003 y abandona la isla después de jugar su último partido con una chaqueta cubana en el parque que le vio nacer como miembro de la escuadra grande con 19 años de edad.
Un veterano intermedista que acaba de ser escogido en el Todos Estrellas de la Serie del Caribe, que ha tenido brillantes actuaciones en las diferentes justas internacionales en las que ha participado, incluyendo los tres Clásicos Mundiales, era una de las piezas más apetecidas de los buitres que persiguen a los peloteros cubanos y que estuvieron haciendo ronda por el hotel BQ, antiguo Delta, lugar donde se hospedó la delegación cubana.
A los 31 años, Yulieski, quien de por vida registra .311-33-.147 (Pro-HR-CI) en 176 partidos de Copa Mundial, Clásico Mundial, Juegos Olímpicos, Panamericanos, Centroamericanos y Copa Intercontinental ha dejado atrás sus mejores momentos en el béisbol, pero todavía tiene espacio para conseguir un contrato que le permita accionar en las Grandes Ligas y continuar hacia una vida de desahogo económico.
Lourdes Jr., menos talentoso que su hermano, pero de 22 años cumplido el 19 de octubre, tendrá chance de lograr un contrato largo y si sus actuales cualidades no le permiten dar el salto de inmediato a las Grandes Ligas, entonces podría realizar un curso en las Menores antes de un posible salto al Big Show.
Es la segunda vez que hijos de un gran atleta cubano dejan una delegación oficial para tratar de buscar nuevos horizontes que le permitan accionar en un nivel competitivo más alto con beneficios económicos que no obtienen en su isla. En 1999, los hijos de Ruperto Herrera, Roberto Carlos y Ruperto Jr, dejaron el quinteto cubano mientras participaban en un certamen preolímpico de baloncesto en Puerto Rico.
Roberto Carlos era miembro del quinteto titular de la selección, con nivel para ganar dinero en ligas profesionales pero sin el talento para accionar en la NBA.
Su padre, Ruperto, fue un monstruo con la selección de basket de Cuba, miembro de cuatro equipos de Juegos Olímpicos, incluyendo el bronce de Munich 1972, de los más grandes baloncestistas latinos de la época anterior a la llegada de los jugadores de habla hispana a la NBA.
El padre de los Herrera se encontraba en San Juan, Puerto Rico, como alto dirigente deportivo de la Federación Internacional de Baloncesto para Las Américas (Fiba América) y delegado de su país en la justa atlética. La situación no afectó su relación con los altos mandos del deporte de Cuba, pues en eventos siguientes se mantuvo a la cabeza de delegaciones de baloncesto.
Lourdes Gurriel, el papá de los dos que se distanciaron del conjunto cubano Ciego de Ávila la madrugada del lunes, es considerado en el grupo de los mejores bateadores en la historia de su país en el que está entre los primeros 20 puestos en promedio, jonrones, dobles, bases alcanzadas y en la arena internacional compartió estrellato con Antonio Pacheco, Omar -El Niño- Linares y Orestes Kinderlan, algunas de las cumbres del béisbol cubano.
En la actualidad se desempeña como manager, labor que ha realizado en Nicaragua con permiso de los organismos cubanos, y en el Clásico Mundial del 2009 estuvo como coach de la selección nacional. Las bajas sufridas por delegaciones cubanas de béisbol y baloncesto no han respetado cercanía de parientes con el régimen cubano y se producen cada cierto tiempo.
En la década de los noventa, Liván Hernández, estelar en los Juegos Olímpicos de Barcelona ‘92 y hermano de Orlando -El Duque- Hernández, superestrella de la selección, escapó y jugó pelota profesional en República Dominicana antes de firmar un contrato con los Marlins de Florida.
Posteriormente, El Duque, sobre quien se tomaron medidas de seguridad inimaginables en su país luego de la partida de su hermano menor, al final pudo salir, firmar con los Yankees y la historia fue color de rosa para él.
El golpe más fuerte sufrido por el comandante Fidel Castro ocurrió cuando José Contreras, en Cuba apodado el “Titán”, también abandonó para luego accionar con éxito en las Grandes Ligas.
Liván (Marlins), Duque (Yankees) y Contreras (Medias Blancas) todos ganaron una Serie Mundial y hoy disfrutan de holgada situación económica.
En poco tiempo sabremos cuál será el destino de los Gurriel y que tan profunda será su cartera y a cuanto millones ascenderán sus certificados financieros.
Otro cubano, muy conocido que estuvo en territorio nacional. Antes de brillar en las Mayores fue Yoenis Céspedes, quien militó con las Aguilas Cibaeñas antes de firmar con los Atléticos de Oakland.
Céspedes hoy es una celebridad que ganó un Derby de Jonrones en la Gran Carpa, jugó en Serie Mundial y recientemente acaba de firmar como agente libre con los Mets de Nueva York. El escape de los Gurriel es una parada más en el Metro llamado “Deserción”.
¿Quiénes se desmontarán en la próxima estación?.
UN APUNTE
Conocidos desertores
Los atletas cubanos de béisbol y baloncesto siempre son candidatos a desertar por el factor económico que hace un tiempo debilitó la selección de basket que tenía mucho futuro con Richard Matienzo, Lázaro Borrell, Ángel Caballero y Andrés Guibert. En el béisbol la cantidad es ilimitada con nombres muy sonoros

