Reportajes

Los patios coloniales de la casa dominicana

Los patios coloniales de la casa dominicana

El Nuevo Mundo se fue desarrollando a partir de la formación de la huella urbana en el terreno virgen de América. Las pequeñas y luego las grandes ciudades fueron transformando el imaginario urbano al mismo tiempo que se iban definiendo los prototipos urbanos en las unidades habitacionales de acuerdo al proceso de colonización y evangelización que se vivía en el territorio virgen de América. Las nuevas poblaciones en las diferentes categorías sociales y económicas fueron conformando los prototipos habitacionales, teniendo muy en consideración los modelos heredados a través de la historia.

El acceso a ellos está dado a que el Nuevo Mundo fue un producto de la casualidad, no había nada previsto, ni de las condiciones ambientales, mucho menos las condiciones políticas y de seguridad de las áreas invadidas, pero la herencia arquitectónica marcó los principios de diseño que tendrían los modelos en el nuevo territorio.
Al entrar en contacto con las nuevas tierras descubiertas, se pudieron captar los significados de las nuevas tendencias y las discusiones sobre las dimensiones espaciales y los usos del poder, pero a la vez le permitió sintetizar una serie de corrientes filosóficas, arquitectónicas y políticas que se venían produciendo en el interior desde el siglo XII.

De momento veamos el espacio histórico que vamos accediendo. Estamos de frente a la primera etapa del Nuevo Mundo, esa que se extiende desde los gritos del descubrimiento hasta los avances de Cortes en 1521 sobre la ciudad de Tenochtitlán, en el futuro virreino de Nueva España.
Son casi 30 años en los que los españoles se desenvolvieron en el ámbito insular y costero caribeño sin encontrar civilizaciones indígenas que le representaran un mayor reto a las decisiones que procedieran de la Corona Española.

Durante todo ese tiempo, la sociedad colonial se asentó. Organismos como la justicia decretada por la Real Audiencia, comercios como los impuestos por la Casa de la Contratación, juntos a representantes de la Iglesia, trataban de regular e imponer programas de desarrollo, hacer justicia y garantizar la pertenencia al mundo hispánico.
Se quería modelar una relación entre los aborígenes naturales del Nuevo Mundo y el conquistador y el colonizador con frecuencia la misma persona.
Muchas preguntas de diferentes índoles surgieron en los escenarios que representaba la inmensidad de los territorios del gran continente, no por el tamaño sino por el enfrentamiento, por una parte la Corona y la Iglesia, funcionarios, sacerdotes, políticos e intelectuales y por otra parte un silente continente con cientos de años de cultura.
Cómo armonizar estos discursos y prácticas. Estas condiciones exigían un asentamiento estable. Sólo así se podría garantizar un control efectivo entre sujeto y geografía. Se necesitaba una base desde la cual el europeo perteneciese a una extensión de la sociedad que había dejado atrás.
A Santo Domingo le correspondería por ser la primera ciudad europea en el Nuevo Mundo desde su origen en 1498 hasta bien entrado el 1520. En ella se formaría el conjunto de principios de territorialidad y subjetividad sobre los cuales se basaría la sociedad colonial americana. El proyecto del Nuevo Mundo sólo era viable en cuanto reprodujera in vitro el orden social del Viejo Mundo.
Aquí se ensayarán las formas más avanzadas de los conceptos urbanos hasta entonces conocidos frente al urbanismo laberíntico de los periodos medievales.

La vivienda del hombre es uno de los índices más seguros de su vida. Toda condición humana suele reflejarse en ella varias condiciones como son clima, costumbre, posición social hasta la política y la religión. Una huella espacial que se transmite de generación en generación, formando una visión arquitectónica y urbana a través de la cual se definen los pueblos, dejando un testimonio imborrable en su historia.

Un análisis mas estricto de la casa colonial construida en nuestra isla, se convierte más tarde en la casa dominicana, revela positivamente la influencia y la presencia de elementos romanos como los que se encontraron en las excavaciones de Pompey y Herculano. Tomemos como ejemplo la casa típica Pompeyana, la cual tenía dos espacios libres, el primero era un impluvium alrededor del cual estaban habitaciones, en el segundo patio estaban las dependencias de servicio, en el caso de la casa dominicana también la organización de diferentes dependencias se realizaba alrededor de un patio, es decir que tanto el área diurna como el área nocturna estaban en contacto con el área del patio.

La relación de la unidad arquitectónica con el tejido urbano es el primer factor a estudiar. La formación original de la huella urbana de la ciudad de Santo Domingo comienza a tomar forma con la llegada de Fray Nicolás de Ovando, el cual define la dirección norte-sur como eje paralelo al río Ozama, teniendo como limites al norte el desembarcadero o puerto y al sur la Fortaleza de Santo Domingo, más tarde conocida como Fortaleza Ozama.
Un camino conocido como la Calle Las Damas. A ambos lados se construyeron casas, todas las del lado sur con grandes patios, algunas con usos relativos al gobierno, como la casa de Rodrigo de Bastidas, cuyo enorme patio servía de depósito de los efectos que se contrataban y había que dejarlos hasta que se pagaran los impuestos del rey.
Los patios coloniales tenían varias gradatorias. Casos específicos como el citado en el párrafo anterior que era la unión entre una participación gubernamental y una persona noble de alto nivel que le daba forma a su patio, cumpliendo acuerdos separados de su área familiar.

Veamos el caso de la Casa del Sacramento que está dentro del conjunto del Arzobispado. Esta unidad arquitectónica es ejemplo de las casas de gran valor dentro de la Ciudad Colonial. La misma tiene una configuración muy especial en sus patios, pues tiene traspatio, los cuales son utilizados en labores de la servidumbre y las áreas inmediatas tienen la misma categoría.

En los dos patios principales, el acceso a ellos está definido por arcadas triples y las habitaciones que la circundan son de carácter privado. Tiene algo atípico y es un pequeño patio unido a la entrada principal, sirviendo como vestíbulo.

El Alcázar de Colón es la única casa colonial dominicana, cuyo patio fue frontal totalmente independiente de la unidad familiar. Sirvió como caballeriza, cuerpo de guardia, calabozos, habitaciones para la servidumbre y letrinas. Lamentablemente dicho patio se perdió.
Se trazaron las calles a regla y cordel y se repartieron los solares a los hidalgos los que estaban alrededor de la plaza y al lado del río. Se otorgaron los más importantes a los nobles que ocupaban posiciones importantes en la estructura monárquica.

En los inicios, las casas eran de dos crujías. Podían ocupar media manzana que luego se fueron subdividiendo al agregársele los martillos, dejando los grandes patios.

La casa que se desarrollaba era una casa patio tipo andaluza: cerrada a la calle y abierta hacia el patio con grandes arcadas: era la casa típica colonial. La influencia de las costumbres españolas que negaban la participación de la vivienda hacia la calle, sin embargo abrían la casa hacia su área de patio, mostrando la vida monárquica que como costumbre medieval se mantuvo durante todo el período de la colonia.

POR: Erwin cott

El Nacional

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