Fundados en 1955 en la avenida San Martín por el empresario español don José Ramón Lombardero, los restaurantes Vizcaya y Londres, fundado por asiáticos, son los últimos dos testigos de los famosos y concurridos restaurantes en aquella apacible y temible Ciudad Trujillo, luego Santo Domingo, de apenas 350 mil habitantes, hoy una megalópolis de más de cuatro millones.
Este trabajo de investigación complementa los dos artículos que sobre el restaurant Vesubio publicó en Listín Diario en fechas 17 y 19 de diciembre de 2016, mi apreciado ido a destiempo, desmaterializado afecto a César Medina, y Jessica Bonifacio en El Caribe el 3 de mayo de 2017, de El Vizcaya.
El último de los famosos que cerró en diciembre de 2016 fue el emblemático Vesubio, fundado en 1954 por el inmigrante italiano don Aníbale Bonarelli, en la avenida George Washington.
El Vesubio cobró notoriedad por sus pastas, Pesto, Alfredo, Marinara, pizzas, pescados y mariscos, y su riquísimo y variado carrito de antipastos. Abrió una sucursal en la avenida Tiradentes, que languideció y en 2014 Peppino abrió Mitre y Fratelli.
El Vizcaya se especializó desde sus inicios en cocina vasca y suculentos bacalao a la vizcaína, paellas, y 162 platos, y en 2017 abrió una sucursal en la avenida Tiradentes.
El Londres, en la avenida San Martín, remozado, cocina china, y sus reputados chicharrones de pollo, que mantiene, y la tradición de parroquianos en la parte alta de la ciudad, siempre desde sus inicios en la avenida San Martín, próximo a la avenida Máximo Gómez.
El restaurant Mario, en Las Mercedes con 30 de Marzo, sucumbió al paso del tiempo, y llenó una época con sus tres espacios y concurrida barra, atendido por su propietario el oriental Mario Chez y sus hijos Mario y María, que cerró por disposición edilicia para empalmar la muralla colonial de la Palo Hincado, trasladándose a la avenida 27 de Febrero donde pereció en breve tiempo, y fue famoso su Plato Azul. Frente al restaurante de Men, el chino.
El Presidente, kilómetro Cero, donde oficiaba el piano Tongo Sánchez, y el casino que regenteaba Faki Franco.
Los restaurantes del siglo XX de la calle El Conde perecieron al surgir los grandes malls.
Solo sobrevive el Mesón de Bari en la Hostos con Salomé Ureña, donde ofician los gourmets Hugo Tolentino, José del Castillo Pichardo y Manolito García Arévalo.
La Bombonera, El Amerasia, El Acordeón, Panamericano, Jai Alai, Roxi (chino), Moulin Rouge de Alberto Amengual, Cafetería Paco, bar del oriental Juan Chea en el hotel Comercial, donde oficiaban una peña meridiana Manuel Yánez, Carlos Curiel, Jaime Colson, Gilberto Hernández Ortega, Manuel Patín Maceo y Julio González Herrera.
El Bodegón de Frank Salcedo Then, en la Arzobispo Meriño con Padre Billini; La Llave del Mar, de Freddy con sus famosas fantasías acariciando tiburones, en el Malecón, próximo a Los Cremitas, habitué de La Cofradía de Radhamés Trujillo; La Bahía en la George Washington con 19 de Marzo, con su estupenda “sopa palúdica que revivía muertos”.
Lucky Seven del recordado y amable cubano Evelio Oliva, en la Pasteur, con su famoso ceviche, punto de reunión de los programas deportivos de Freddy Mondesí, Jorge Bournigal, Johnny Naranjo y Max Álvarez (El Paliquero), en las décadas de los años 60, 70 y 80 del siglo XX, habitué de Maximito Lovatón Ginebra e Iván Robiou De Moya.
El Chantilly, en la Máximo Gómez con Juan Sánchez Ramírez, con excelentes shows de notables artistas criollos y extranjeros; La Reina de España, Jai Alai y Bar de Teresa, en Gascue.
El Mandarín, próximo al Vesubio de doña Sofìa Sued; Fonda La Atarazana de Víctor Vargas, donde actuaba el egregio músico y director de orquesta Napoleón Zayas en la década de los años 70 del siglo XX.
El Dragón, famoso restaurante chino en la avenida Independencia con Doctor Delgado, donde los bisoños comunistas criollos drenaban considerables porciones de remesas de Pekín, Pyongyang y Moscú, y 200 metros adelante, el icónico Lina, de la recodada dama española doña Lina Aguado, relevado por El Cantábrico, cocina española y famosa paella, compitiendo con el Boga Boga.
América, en Arzobispo Nouel con Santomé, abierto hasta hoy. Suculenta cocina.
Desaparecidos El Cortijo, de Mary Paz, kilómetro seis autopista 30 de Mayo y Roma de don Rómulo en la presidente Jimenes de Gascue, punto de reunión de los funcionarios y generales de la Era Balaguer, donde sospechosamente “se intoxicó” y falleció el expresidente Héctor García Cáceres.
El Pony, en la Feria Ganadera; El Recreo del Turismo, Típico B, y posterior, El Maunaloa de Edmón Elías Yunes, en la Feria de la Paz.
Recientes restaurantes reputados son Don Pepe, Patagonia, Elizondo, Il Baccareto, La Esquina de Tejas, cerrado luego de fallecer su fundador el recordado Pedro Montequín, Andrés Carnes, Casa Vicente, Adrian, carnes y mofongos, Chino Lee, Bella Cristal y Yao, chinos, Fabián, cerró en 2017, de Vicente Fabián, cocina española y delicatessen, Pescayama-Samurai, Soho, Sully, especializado en pescados, en la Charles Sumner y El Mesón de la Cava.