Reportajes

Luces y sombras en Santo Domingo (período colonial)

Luces y sombras en Santo Domingo (período colonial)

El panorama que se presentaba a los navegantes españoles al tocar tierra desconocida y comenzar a tratar de formarse una idea de donde habían llegado después de una larga travesía hacia lo desconocido, imágenes tejidas a través de fábulas y fantasías de lo que les esperaba después del más allá o fin del mundo. Sus primeros contactos con tierra pusieron fin a la angustia, de que todo termina en el inicio del fin, a menos que haya un mas allá. Todo aquello guiado por Cristóbal Colón, El Almirante, el Descubridor, el Genio del hecho imposible, desentendido de lo telúrico y atento a las abstracciones místicas de su destino.

El fuerte de la Navidad

Pero, ¿dónde estaban los que vinieron  a buscar el oro como representación de la riqueza y de poder donde quiera que se encontrara? Había unas fuerzas, una llena de sueños en la mente del descubridor, almirante Cristóbal Colón, sin destino conocido, solo buscando un camino hacia la realización de un nuevo mapa del viejo mundo. La segunda fuerza estaba llena de ambiciones en todas las facetas, política,  militar, guerra, religiosa; todas estas corrientes enmarcadas en un reino y dos cabezas, Fernando e Isabel y los Reyes Católicos, definiendo y tomando posesión de un nuevo continente a través de la fuerza y la y la religión.

Pero primero había que compartir la noticia del descubrimiento y dejar una huella en esta nueva tierra para tomar posesión, ponerle un nombre, un bautizo, un lugar donde regresar. Para eso se funda la pequeña avanzada con perfil de presencia española en el Fuerte de la Navidad, primer asentamiento español en el Nuevo Mundo.

La ciudad de Santo Domingo

Pero las pasiones estaban por encima de la razón, y la partida del almirante Colón con destino a España, dejando tras de si una parte de aquella tripulación con perfiles de maleantes que sin una autoridad dieron rienda suelta al abuso y a las pasiones, provocando la respuesta natural de estas comunidades que se vieron precisadas a dar muerte a esta pequeña población española. A su regreso, Cristóbal Colón  inicia la búsqueda del oro, razón por la cual los reyes de España financiaron esta expedición.

Ya pasada la excitación del descubrimiento, hay que regresar y darle sentido político al descubrimiento y sobre todo tomar posesión de las nuevas tierras ante que las potencias europeas iniciaran demandas de compartir el botín.  A su regreso, forma campamentos transitorios hasta tener la ubicación de las minas de oro y se desplaza al sur de la isla, donde tiene noticias de la ubicación de las minas y hace el primer emplazamiento temporal de la futura ciudad de Santo Domingo, en la margen occidental del río Ozama.

La no conveniencia de Colón

Sucedieron acontecimientos políticos que comenzaron a gravitar sobre la futura ciudad de Santo Domingo (ciudad aun no nata) y ya España y Portugal a dos años del descubrimiento se dividen el nuevo continente mediante el Tratado de Tordesillas,  1494″, mediante el cual se dividen los territorios del nuevo mundo antes de ser conquistados. Trazaron una línea que iba de polo a polo, a 370 leguas al oeste de Cabo Verde. Esta línea define la posesión de Portugal, lo que seria mas tarde Brasil. Todo el resto del territorio quedó bajo la posesión de España.

La participación del Vaticano como árbitro en dicho tratado le garantiza la hegemonía de la religión Católica en el nuevo mundo. La determinación del rey Fernando el Católico, de ser el colonizador y evangelizador del nuevo continente, prevé que entre las condiciones y títulos otorgados a Cristóbal Colón había algunos obstáculos. Para estos primeros actos, con la figura de Cristóbal Colón, como “virrey” de las tierras por descubrir”, le da poder de decisión política y se convierte en un obstáculo importante para las decisiones de la corona, por lo que era necesario eliminarlo políticamente lo antes posible del escenario de la conquista del nuevo mundo.

La decisión del Rey Fernando el Católico lo mueve a nombrar a Francisco de Bobadilla como Gobernador General de las Indias, un peón político con el propósito de eliminar el virreinato otorgado a Colón cuando, aduciendo abuso con los indios, llegando al estreno de encadenar a Colón para llevarlo a España en calidad de prisionero, creando los motivos para eliminarle el virreinato otorgado, dando campo libre a Fernando el Católico de acción en la colonización y evangelización del nuevo mundo.

La suerte estaba echada, la colonización y evangelización habían comenzado. No había regreso.

 Ovando y la ciudad de Santo Domingo

Todo el escenario estaba montado para traer a Fray Nicolás de Ovando, quien fue en realidad el primer Gobernador de las Indias. Santo Domingo emerge en su periodo de luz bajo las directrices y el poder otorgado a Ovando con un destino definido que había de transformar toda su estructura urbana y legal, de una ciudad en campamento de invasión. La transformación en una plataforma ideológica que pudiera sustentar todo el proceso de colonización inexistente en esos momentos, ya que la posesión mediante la fuerza es la forma más primaria del hombre sobre un objeto.

 El gobierno de Ovando con todo el bagaje de su experiencia, de su tacto, de su honradez, de su rectitud, de su valía para sentar las bases de un gobierno colonial, la administración de Ovando señala la transición del descubrimiento a la colonización, de la improvisación  a la planificación, de la empresa privada a la política real. Todo cambió del fracaso rotundo al éxito. Todos estos cambios profundos se debieron a la transformación creada por Ovando.

Nos hablan del que hizo de la isla Española la célula que había de generar el imperio hispánico. Santo Domingo había entrado en su mayor periodo de luz y esplendor colonial, la que debió formarse como una ciudad alrededor de la plaza mayor que comenzó a tener una estructura atípica como fue la frontera conventual, comenzando al Sur el Convento de los Dominicos, seguido por el gran Convento Mercedario terminando al Norte con el gran Convento Franciscano. Santo Domingo fue una ciudad fluvial con su eje Norte –Sur, con un patrón urbano abierto y dentro de este, el gran Hospital de San Nicolás, la Real Audiencia, el Edificio de Los Capitanes Generales, la hilera de casas bordeando el rio Ozama.

Los testigos urbanos (edificaciones) donde el gobierno de Ovando hacía la política colonial y las leyes que darían forma a la gran conquista y evangelización del nuevo continente Santo Domingo, habían cumplido su destino de luz, eran la plataforma de invasión y evangelización del nuevo mundo.

Tan  breve como fue su primer destino fue su apogeo, el cual no quedo marcado en la historia, minimizada por las grandes conquistas de los nuevos virreinatos que con su producción llenaban las arcas del reino español.

Luces y sombras en el período colonial

 Así como llegaron a la isla sin previo aviso, de un mundo lejano con códigos y vida totalmente diferentes, parecían dioses llegados en pájaros de viento que anidaban en el agua de mar.

Todo era diferente. Los dioses ya no estaban relacionados a la vida. Había un nuevo dios que marcaba los códigos de moral y comportamiento por los cuales había que regirse. Tenían una casa grande a la cual todos debían acudir llamada iglesia que era donde el dios vivía, todos debían acudir y allí debían decir si habían faltado a las leyes que definían el comportamiento de todos los evangelizados, indios y españoles. Los que hablaban con dios (sacerdotes) imponían castigos por las faltas a los códigos de moral y comportamiento y de esa manera regían la vida, administrando lo bueno y lo malo, eran jueces de palabra y de acción.

En la sociedad original tribal todo había cambiado por las nuevas leyes. Habían cambiado todo en la isla, buscaban la piedra amarilla. La naturaleza no eran sus casas, eran casas de piedra una al lado de otra, a los hombres le sale cabellos en la cara,  después de su llegada todo cambio.

Orfandad histórica  de Santo Domingo

 Santo Domingo  cierra su primer ciclo de vida con el abandono del poder colonial e inicia una historia de orfandad que opaca nuestra realidad hasta el periodo actual.

Rediseñar la Ciudad Colonial para ir al encuentro de un presente con unas connotaciones que deben partir de sus orígenes hasta las demandas de su futuro.

El Nacional

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