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Al concluir la II Guerra Mundial, surgió una pléyade de grandes líderes que siguieron las huellas de sus predecesores, Sir Winston Churchill, Charles de Gaulle, Harry Salomón Truman, José Stalin, Georges Clemenceau (El Tigre), Josip Broz Tito, y los generalísimos Chiang Kai-shek, Francisco Franco y Rafael Leónidas Trujillo.
La Conferencia de El Cairo del 22 al 26 noviembre 1943 concertó a Roosevelt, Churchill y Chiang.
La Conferencia de Teherán, del 28 de noviembre al primero de diciembre de 1943, reunió a los grandes líderes Churchill, Stalin y Franklyn Delano Roosvelt.
La Conferencia de Postdan, del 17 de julio al 2 de agosto de 1945, agrupó a Stalin, Truman, Churchill, y Yalta, el 4 de febrero de 1945, a los líderes vencedores de la II Guerra Mundial, Stalin, Truman y Churchill, quienes impusieron el nuevo orden planetario, extensivo al monetario mundial unilateral de Estados Unidos en Bretton Woods.
Fueron las citas donde concurrieron hasta entonces, los líderes más importantes del mundo moderno, pero la Conferencia de Bandung, en la paradisíaca isla de Bali, en Indonesia, efectuada del 18 al 24 de abril de 1955, reunió a los líderes post II Guerra más emblemáticos del mundo y de la historia, hasta hoy, empezando por el anfitrión y padre de la independencia de Indonesia, mariscal Achmed Sukarno, al presidente de Egipto, general Gamal Abdel Nasser, al premier de la India, Jawaharlal Nehru, al presidente de Yugoslavia, mariscal Josip Broz Tito, y en representación de China y a Mao Tse-tung, el inmenso Chou En-lai, participando 29 Estados.
Nunca antes, hasta hoy, concurrieron tantas luminarias a un mismo lugar, un magno areópago sin parangón, en lo que se interpretó como el acta de nacimiento de los Países No Alineados (NOAL), que con el tiempo, se diluyeron como agua de borrajas de café, porque desde un principio, con la excepción del Pandit Nehru, incumplieron el postulado de respetar los derechos de la persona.
Con el auge independentista que siguió al concluir la II Guerra Mundial, surgieron grandes líderes en África, Asia y América, comenzando por el inconmensurable tío Ho Chi-minh, padre de la independencia y unificador de Vietnam, que porfía en liderazgo histórico con el comandante Fidel Castro Ruz, el líder más conspicuo de América del siglo XX, seguido por Patricio Lumumba, coronel Mohamed Naguib Bey, Sekou Touré, Kwame NKrumah, Tom Mboya, Nelson Mandela, Mengitsu Haile Marien, Haile Selasié, coronel Gamal Abdel Nasser, Sidi Mohamed Ben Bella, coronel Houari Boumedienne, Amílkar Cabral, Jomo Kenyatta.
Víctor Raúl Haya De La Torre, David Ben Gurión, Yasser Arafat, coronel Muammar El Gadafy, general Anwar El Sadat, Mohamed Mossadeg, Ibn Saud, Hussein de Jordania, Hussein de Iraq, Zía Ul haq, Hussein de Iraq y Hussein de Jordania, y hasta al mequetrefe Mohamed Reza Palavi, con la parafernalia oropelesca de su instrascendente monarquía, entreguista del petróleo iraní a Gran Bretaña, y para obtener el propósito, asesinando la CIA a Mohamed Mossadeg.
Abd el-Krim, levantisco caudillo del Rif; Lázaro Cárdenas, José María Velazco Ibarra, Juan Domingo Perón, Juan Velazco Alvarado, Omar Torrijos Herrera, Rafael Leónidas Trujillo, Joaquín Balaguer, Juan Bosch, José Francisco Peña Gómez, Ludwig Erhard, Konrad Adenawer, Willy Brandt, Arzobispo Makarios, Arzobispo Desmond Tutu, Jacobo Arbenz Guzmán, Juan José Arévalo, José María Figueres, Mohatma Gandhi, Indira Gandhi, Nikita Kruhshev, Norodon Sihanuk, Lee Kuan-yeu, y Puerto Rico, Pedro Albizu Campos, Román Emeterio Betances, Luis Muñoz Rivera y Luis Muñoz Marín; Brasil, Getulio Vargas, Juscelino Kubistchek, Janio Quadros y Luiz Inacio Lula da Silva, lastrado por el escándalo de la corrupción de Lava Jato.
Cuba, Ernesto Che Guevara, Camilo Cienfuegos, Carlos Franqui, Efigenio Almejeiras, Natalia Revueltas (Naty), Juan Almeida Bosque, Emilio Aragonés, Ignacio Agramonte, Ramiro Valdés Menéndez, Armando Hart Dávalos, Melba Hernández, Humberto Sori-Marín, Osvaldo Dorticós Torrado, Celia Sánchez Manduley, Huber Matos, Abel Santamaría, Haydée Santamaría (Yeyé), Universo Sánchez Álvarez, Carlos Rafael Rodríguez, Mirtha Díaz Balart, Crescencio Pérez, Raúl Roa García.
¡Ay, qué canciller superbo! ¡Ay, cuantas estremecedoras verdades como pedradas, igual que el canciller venezolano Marcos Falcón Briceño denunciando barbaries de Trujillo en la Sexta Conferencia de Cancilleres de San José de Costa Rica de 1960!
Isidoro Malmierca Paoli, Vilma Espín, Antonio Núñez Jiménez, Juan Manuel Marinello, Raúl Roca, Raúl Valdés Vivó, Juan Marinello, Osmany Cienfuegos, Lionel Soto, Jesús Montané Oropesa, Pablo de la Torriente Braun, Emilio Roig, Raúl Cepero Bonilla, Jacinto Torras, Emilio Roig Laushenrring.
Inolvidables, irrepetibles e insuperados siempre. Palpitan todos en las sienes del recuerdo grato.
No se escuchan los ecos de esas grandes luminarias que gestaron la triunfal revolución en 1956 del Granma en Cuba y el inicial homérico combate de Alegría de Pío.
Solo emerge la figura cancina, estropeada por el estatismo, de Estado y de quietismo, y la ausencia de bríos innovadores de Raúl Castro, sin asomos de sangre de nueva trova, aptos para asumir el relevo de todos esos grandes que se fueron, ante el reto enorme de retornar gradualmente al viejo orden perdido, que advendrá sin gran paréntesis de tiempo, porque no hay de otra, como acontece en Venezuela, sin un sucesor confiable del comandante Hugo Chávez, que con todos sus dislates, emergió como el gran líder luego de Rómulo Betancourt, Carlos Andrés Pérez y Jóvito Villalba, sin un sucesor válido que el inmaduro Nicolás Maduro precipita a una desgracia la patria de Bolívar, Miranda, Páez y Falcón.
Estados Unidos sufre de la idéntica ausencia de grandes líderes luego de los presidentes Dwigh Eisenhower, John Fitzgerald Kennedy y Ronald Reagan, con la instancia impredecible de Donald Trump, trastornador de su país y de lo que pudieran ser sus socios, que ha preferido convertir en enemigos.
Los países donde surgieron esos líderes, no acusan relevos ni referencias de consideración en las conducciones de sus países con las relevancias de sus predecesores, y se percibe un agotamiento de neuronas que identifiquen a surgientes lideres que asuman con referencias condignas, las antorchas de los relevos generacionales.
En ninguno de esos países ha asomado un líder como los mencionados, yen nuestra desventurada RD, tampoco hay asomos de relevos de grandes líderes tras las desapariciones de Trujillo, Bosch, Balaguer y Peña Gómez,aunque algunos inútilmente intentan elevar la condición de dirigentes a líderes a Leonel Fernández y Danilo Medina.
Vladimir Putin, Angela Merkel, Xi Jinping y Benjamín Netanyahu, Kim Jong-un, son los únicos grandes líderes del presente, sin que Putin se aproxime a Nikita Krushsehv, Angela Merkel a Ludwig Erhard, Xi a Deng Xiao-ping ni Netanyahu a Yitzhak Rabin o Simón Peres.