Editorial Opinión

Metástasis del cáncer

Metástasis del cáncer

Violencia, delincuencia y criminalidad son flagelos que se alinean para colmar de angustia y desasosiego a la ciudadania que no para de contar homicidios y asesinatos perpetrados durante atracos, asaltos o por encargo, así como los provocados por hombres despechados o en el seno del propio hogar.

La población despertó ayer lunes atribulada por las noticias de que un padre mató de un balazo a su hija de 14 años y se suicidó con la misma arma, en San Juan de la Maguana, y de un individuo que asesinó a cuchilladas a su expareja y posteriormente se lanzó desde el puente Sánchez, en Santo Domingo.

Listín Diario contó ayer trece muertes violentas en los últimos 10 días, a las que se agregan cuatros reportadas el domingo aunque, además de la delincuencia y la criminalidad, deberían preocupar muchos casos trágicos atribuidos a violencia común o que suceden en el entorno familiar.

Lo afirmado por las autoridades de que la incidencia de homicidios disminuyó en junio en un 25 %, contrasta con la contabilidad de muertes violentas en las últimas dos semanas, a las que se suman la de un supuesto cuatrero, muerto de un disparo de escopeta por el vigilante de una finca en Paya, Baní.

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Aun sin conocerse las causas por las cuales Manuel Emilio Reyes (El Gringo Arena) mató a su hija Giralín Reyes Taveras, de 14 años, en el municipio Juan Herrera, esa tragedia es motivo de gran pesar ciudadano, como también la de una madre de 28 años, asesinada por su exmarido en su lugar de trabajo.

Estadísticas frías o quizás manipuladas no ayudan a entender el porqué del auge de la delincuencia y criminalidad y menos aún del incremento de la violencia común, incluidos los feminicidios, por lo que se requiere que todas las agencias del Gobierno trabajen en dirección a identificar remedios que ayuden a prevenir crímenes y delitos.

Ninguna de las formulas suministradas por las autoridades ha surtido efecto en la disminución de la delincuencia y criminalidad, con el agravante de que ahora se incrementan los crímenes de ira, que nada tienen que ver con atracos, asaltos, secuestros, narcotráfico ni sicariato.

Urge pues que el Gobierno amplíe la mesa de reflexión y acción contra el flagelo de la violencia, delincuencia y criminalidad que agobian a la sociedad dominicana, antes de que el cáncer termine por hacer metástasis en toda la anatomía social.

El Nacional

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