Ahora que se ha constituido de manera oficial está por ver si el Consejo Presidencial de Transición obtendrá el respaldo que necesita de la comunidad internacional para lidiar con la violencia en Haití.
Lo primordial es el despliegue de tropas internacionales hasta para garantizar la distribución de alimentos a una nación cuya inmensa mayoría de sus pobladores bordea una hambruna.
Si esos soldados no llegan cuanto antes el consejo, cuyos integrantes carecen de arraigo en la nación, no pasará de un intento fallido para establecer la seguridad y el orden en un territorio controlado en su mayor parte por pandillas.
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Siempre que plantea la celebración de elecciones y de decisiones legales la comunidad internacional confunde a Haití, una nación donde la salud, la seguridad y la educación representan una lucha por la vida para los más carenciados, con una democracia.
El renunciante primer ministro Ariel Henry, aunque tuvo su elevado grado de responsabilidad en la crisis, estaba en lo cierto cuando solicitó el despliegue de soldados extranjeros como principal alternativa para garantizar el orden. Si el consejo no tiene apoyo, que se despida antes de juramentarse.
