Opinión

Monseñor Arnaiz

Monseñor Arnaiz

POR:  Orlando Jorge Mera

orlandojorgemera@yahoo.co

 

El fallecimiento de Monseñor Francisco José Arnaiz, sacerdote jesuita, enluta a la Iglesia Católica en el país. Arnaiz fue una de las mentes más preclaras y brillantes que tenía la Iglesia dominicana desde su llegada a nuestra nación en 1961. Traté a Monseñor Arnaiz más como Obispo Emérito, ya residiendo en la casa de los jesuitas en la Avenida Sarasota. La relación de mi familia con el querido padre Javier Colino, amigo entrañable de Arnaiz, nos acercó y muchas veces, compartimos en ambientes informales, como en las cenas de navidad en la casa de don José Miguel Bonetti, o en los cumpleaños del padre Colino.

Recuerdo que en agosto del 2010, invitamos a Monseñor Arnaiz a dictar una conferencia en la Casa Nacional del PRD, sobre “Doctrina Social de la Iglesia”. Era la primera vez, que Monseñor visitaba la sede del PRD, lo cual para él, representaba un hecho trascendente, pues, aún cuando en su rol de mediador y concertador, había jugado roles esterales sobre todo en la década de los noventa, y de manera especial, en la crisis electoral de 1994, en donde tuvo contacto directo y permanente con José Francisco Peña Gómez y el liderazgo partidario, nunca había tenido la ocasión de dirigir un mensaje a la dirigencia del partido.

Para esa ocasión, escribí un artículo titulado “Arnaiz en el PRD”, del cual transcribo lo siguiente: “Arnaiz nos habló de los principios que norman la Doctrina Social de la Iglesia, tales como la dignidad, la solidaridad, la ética y el bien común. Genialmente describió el ser humano como el gran responsable de la crisis económica. La avaricia y el egoísmo son los ejes centrales de esta crisis, recordándonos el slogan de campaña de Peña Gómez, “Primero la gente”, como la contraposición a todo ese deseo individualista que caracteriza la sociedad de hoy”.

Monseñor Arnaiz y Monseñor Agripino Núñez Collado constituyeron los mejores mediadores del país. Ahora, ante la ausencia de Arnaiz, la antorcha le corresponde llevarla, como gran luchador que es, a Monseñor Núñez, en los grandes retos que tiene por delante, para que la sociedad supere los diferentes problemas nacionales que requieren de concertación, diálogo y pactos.

El Nacional

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