El motín de los presos en la cárcel preventiva de la Policía en Mao es otro de los muchos avisos que se han formulado sobre el drama penitenciario.
Las revueltas, que se han efectuado en casi todos los recintos carcelarios del país, contradicen el orden y los buenos servicios en las prisiones de que con frecuencia se ufanan las autoridades.
Los presos de Mao, según vídeos que circulan en las redes, se armaron de palos y piedras en el traspatio de la Policía en protesta por el hacinamiento y supuestos maltratos de las autoridades.
Si no aparece algún pretexto para refutar la rebeldía de los reclusos las autoridades ordenarán una investigación para no resolver nada. Los motines deben verse como un buen elemento para determinar la realidad del sistema carcelario.
En la protesta se mencionaron hasta los nombres de personas a las que agentes de la Policía habrían puesto drogas para extorsionarlos o detenerlos.
De establecerse responsabilidades sobre las habituales denuncias las autoridades penitenciarias podrían hasta recuperar parte del crédito que han perdido con los frecuentes conflictos alrededor de las cárceles preventivas y no preventivas.