Murió esta mañana en el hospital Ney Arias Lora otro de los vigilantes de Tratamiento Penitenciario (VTP) herido el viernes durante un asalto al Centro de Corrección y Rehabilitación Najayo-Hombres. Milcíades Casanovas falleció mientras recibía atenciones médicas. Fue herido junto a otros compañeros, incluyendo el subdirector del centro, Estalin Amarante Polanco, quien murió el sábado en ese mismo centro de salud.
Tessie Sánchez, directora de Comunicaciones de la Procuraduría General de la República, dijo al confirmar la información, que Casasnovas estaba muy grave desde el viernes con un impacto de proyectil en la nuca.
Explicó que él junto al director de la cárcel, Alfonso Serrata y Amarante Polanco, quien falleció el sábado, enfrentaron a los dos grupos que desde dentro y de fuera dispararon con armas de guerra y cortas contra la seguridad del penal, en intento de asalto para liberar a varios reos.
Centran en capos
Los investigadores de la Procuraduría General de la República y de la Policía centraron hoy la investigación del hecho en determinar si el fallido asalto fue perpetrado por miembros de las bandas de alegados narcotraficantes que se les atribuyen a los hermanos colombianos Huber Osvaldo Buitrago y Ángel María Buitrago Vacca, así como las de los dominicanos Winston Rizik Rodríguez, Pascual Cabrera Ruiz Ruiz y Pascual Cordero Martínez (El Chino).
Sin embargo, la defensa de Rizik Rodríguez calificó como una “fábula de baja calaña”, el hecho de que los investigadores pretendan ligar a su cliente en dicha trama.
El doctor Pedro Duarte Canaán dijo que Rizik Rodríguez no ha sido ni siquiera llamado a interrogatorio por los investigadores y que permanece recluido en una solitaria, sin que se le permita tomar sol.
“Es ilógico que se le esté señalado en este caso, en virtud de que lo tienen en una solitaria de máxima seguridad, aislado de los demás presos, sin que se le permita conversar con nadie, manifestó Canaán.
Los investigadores indagan también la existencia de tres armas, entre ellas un revólver Magnum 357, ocupadas en el interior de la cárcel, una de las cuales supuestamente correspondía al abatido presunto sicario Andy Martínez Valdez, al cual alegadamente les fueron encontrados diez chip telefónicos.
Se determinó que los reos que participaron en el hecho utilizaron tres armas de fuego y que dos armas cortas estaban en manos de igual número de reclusos que resultaron muertos.
Hipótesis
Según hipótesis de los investigadores, los disparos comenzaron adentro del penal, cuando reclusos trataban de romper el cerco de seguridad para escapar, con auxilio de cómplices que esperaban del otro lado de las verjas.
Los presos que resultaron muertos son Jorge Luis Polanco Díaz, condenado a 30 años por homicidio; Álvaro Luis Capellán, preventivo por homicidio; Jesús Felipe Narciso (Atahualpa), condenado a 30 años por homicidio, y Andy Maríñez Alcántara, preventivo por homicidio.

