Un grupo de hombres auxiliados por camiones y palas mecánicas depredan indiscriminadamente el río Haina, extrayendo arena y otros materiales destinados a la industria de la construcción y para empresas ferreteras, a pesar de la disposición del Ministerio de Medio Ambiente y Recursos Naturales, que prohíbe todas las actividades de extracción de agregados en ese y de otros cauces.