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Muere preso político cubano tras pasar 85 días huelga de hambre

Muere preso político cubano tras pasar 85 días huelga de hambre

El prisionero de conciencia cubano Orlando Zapata Tamayo murió ayer en La Habana tras pasar 85 días en huelga de hambre, confirmaron fuentes de la disidencia, que acusaron al Gobierno de permitir su muerte premeditadamente.

«Es una terrible tragedia, la muerte de Orlando fue perfectamente evitable. Puede considerarse que ha sido un asesinato con ropaje judicial», declaró anoche Elizardo Sánchez, presidente de la Comisión de Derechos Humanos y Reconciliación Nacional.

Sánchez explicó que desde hace días el estado de salud de Zapata era sumamente grave y denunció que sólo en el último momento las autoridades lo trasladaron al hospital de la prisión del Combinado del Este, en La Habana, desde la cárcel donde cumplía sentencia en Camagüey. «Sólo a última hora fue ingresado en el Hospital Hermanos Almeijeiras de la capital, cuando ya era tarde», dijo Sánchez. Las autoridades cubanas hasta el momento no han hecho ningún comentario oficial ni han dado su versión sobre lo sucedido, aunque en un hecho inusual el Hospital Almeijeiras confirmó a la agencia France Presse que el opositor había muerto alrededor de la una de la tarde.

Zapata dejó de ingerir alimentos sólidos el 3 de diciembre, en protesta por lo que describió como continuas golpizas de los guardias y otros abusos en prisión. Según Sánchez, las autoridades le dejaron agonizar durante semanas en celdas de aislamiento sin darle una atención médica adecuada.

Por decisión de la madre de Zapata, Reina Luisa Tamayo, el entierro se realizará en la localidad oriental de Banes, 700 kilómetros al este de La Habana, de donde era oriundo el opositor. Sanchez señaló que la madre se encontraba «muy afectada» y que no contestaba el teléfono. Ayer realizaba los trámites en medicina legal para llevarse el cadáver.

Zapata, de 42 años, fue detenido en 2003 en el marco de la redada gubernamental que llevó a 75 opositores a la cárcel acusados de conspirar con EE UU. Las condenas durante aquellos macrojuicios fueron muy elevadas, de hasta 28 años de cárcel, pero Zapata en realidad no pertenecía al denominado Grupo de los 75, sino que fue condenado a tres años de cárcel por desacato, desorden público y desobediencia.

Sin embargo, fuentes del movimiento de derechos humanos aseguran que debido a su actitud de desafío a las autoridades en prisión fue acusado de nuevos «delitos» y así fue sumando condenas hasta un total de 36 años. Según Sánchez, desde el principio estuvo claro que era un reo de conciencia y por ello Amnistía Internacional lo incluyó enseguida dentro de esta categoría, junto a los 75 opositores sancionados en 2003.

Orlando Zapata Tamayo era de raza negra y de profesión albañil. «Su procedencia era muy humilde, y desde hace tiempo familiares y prisioneros alertaban de su precario estado de salud y pedían que se le tratase como un caso humanitario», aseguraron ayer fuentes diplomáticas. Su caso fue tratado por las autoridades españolas con funcionarios cubanos durante un encuentro bilateral sobre derechos humanos, celebrado en Madrid la semana pasada.

Según Elizardo Sánchez, la muerte de un opositor al gobierno de Fidel y Raúl Castro debido a una huelga de hambre solo tiene como antecedente la del dirigente estudiantil Pedro Luis Boitel, a comienzos de los años setenta. «La diferencia es que entonces casi nadie se enteró y esto ahora va a ser un escándalo», aseguro el activista de los derechos humanos.

La muerte de Orlando zapata Tamayo se produjo sólo unas horas antes de que aterrizara en La Habana el presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, para realizar una visita oficial de dos días. En vísperas de su llegada, un grupo de cincuenta presos políticos cubanos dio a conocer una carta en la que pedían al mandatario que gestionara la libertad de todos los presos de conciencia y por motivos políticos cuando se entrevistara con Fidel y Raúl Castro.

El documento, firmado por 42 disidentes en prisión y 8 que se encuentran con «licencia extrapenal» por razones de salud, – pero que pueden volver a la cárcel en cualquier momento-, mencionó específicamente el caso de Zapata Tamayo, señalando que «desde diciembre ha sostenido una huelga de hambre para reclamar sus derechos» y que se encontraba «en condiciones de salud peligrosas para su vida».

El Nacional

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