Reportajes

Multinacionales realizan juegos malabares para  expoliarse las riquezas

<P>Multinacionales realizan juegos malabares para  expoliarse las riquezas</P>

Aunque pudieran quedar por ahí como piezas de museo vivientes algunos remanentes de la clásica piratería romántica de siglos olvidados, a esa herencia colonial le ha sucedido una forma más compleja de actuación y actualización.

Los nuevos piratas, que no aman  el oro con menor intensidad que sus antecesores, no se trasladan en esos barcos de madera de una lentitud intolerable.

Nunca un metal fue más codiciado que en estos tiempos de incertidumbre económica internacional.

No asaltan estos “cofresíes” actuales embarcaciones expuestas para despojar descaradamente a sus ocupantes de botines de fábula. Esas son iniciativas débiles y definitivamente descartadas en estos tiempos. Pero éstas han dado paso, con la sofisticación actual, a la ocupación entera de territorios, a través de “negociaciones” con los gobernantes mediante hábiles estrategias de relaciones públicas y otras maniobras de distracción. 

Si se les creyera, si se vieran sus argumentos, preparados por quienes han entregado el país a la codicia y a la desvergüenza, son verdaderos ángeles salvadores de la humanidad.

Sus jefes ejecutivos no tienen un sospechoso parche en un ojo y una  pata de palo, no andan con cachimbas en la boca, no profieren amenazas  abiertas de tú a tú, poseen consejo de administración, se trasladan velozmente en aviones privados de alta velocidad y tienen como denominación común el vocablo “gold” en sus esquemas de trabajo.  De ahí que empresas como la Barrick Gold no estén solas.

Hay, al ritmo de los precios internacionales del oro y otros metales, otras hermanas de esa minera poblando el mundo.

Lo primero, es entenderse con quienes mandan en cada país bananero que visitan calladamente. Convertir en socios a quienes más pueden también entra dentro del esquema.

A emplear

Lo más importante es no volverse con las manos vacías hacia el puerto de origen.  Esa opción no se puede esperar de los inversionistas posmodernos, capaces de absolutamente todo por arrancarle el oro a la tierra aún al precio de envenenar.

Pueblos enteros.

Van llenando de hoyos comarcas, pueblos, zonas preciosas, reservas, ríos,  manantiales y mares. Y no han alcanzado los océanos porque no les ha tocado.

Pero en su momento también estos recibirán su cuota de polución y de daño que un buen “posicionamiento” de prensa convertirá en argumento defensivo y en silencio estratégico, como es lo usual.

Saben sus jefes que estos países tienen serias debilidades institucionales, gente dispuesta a negociarlo todo, a entregarles lo que pidan hasta sin condiciones, siempre que se porten a la altura y dejen la coima demandada y el peaje necesario.

Esas campañas de ablandamiento usando figuras conocidas, utilizando los métodos de la cosa nostra, empleando el argumento verde que tiene cada papeleta, no el de los ecologistas serios y honestos que hay en estos predios donde siempre habrá gente dispuesta a entregar hasta  su madre si viene al caso.

Las mineras que tienen el  denominador gold no son una ni dos de nombres conocidos, son decenas y decenas con un hambre de riqueza que envidiarían los reinos más  antiguos y despiadados.

UN APUNTE

Las “gold”

Las mineras “gold” surcan los mares del mundo en procura de oro, metal adorado en medio de la crisis internacional, la cual le ha dado un valor tan elevado que está rompiendo todos los records internacionales.

El Nacional

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