Opinión

Nadie se muere de verdad

Nadie se muere de verdad

Una vez iba Juan Bosch ,entrando a una actividad en que en la puerta estaba una mujer, blanca y con los ojos azules como el mar. Al toparse con ella, don Juan solo atinó a decir: “En qué parte del mundo usted estaba, que nunca la había visto.” Un peledeista que estaba en las proximidades, se apresuró y dijo: “Don Juan, ella es mi prima”. Bosch lo paró en seco: “No estoy hablando con usted, estoy hablan con ella.”

Detrás de ese Bosch combativo que conoció la sociedad, había otro en las intimidades de la familia, con compañeros de partidos y contertulios, organizados para escucharlos, por anfitrionas como Natacha Sánchez y Verónica Sención.

Ese Bosch también manejó la construcción de PLD con los detalles. Al inicio de la precampaña de 1994 con Juan Bosch veníamos de un viaje del interior y en el vehículo, que conducía Franklin Labourt, Franklin Almeyda externó su preocupación. «Muchachos», nos dijo, «ahora tengo que ir a revisar el periódico, Vanguardia del Pueblo, artículo por artículo, crónica por crónica, porque Don Juan me dijo que había un error en la última edición, pero no me dijo en que página

La preocupación de Franklin Almeyda la capté en el aire porque el día que le entregaba una nota de prensa sobre una intervención en uno de esos pueblos, nos dijo «Grullon espérate, eso no es así. Vamos para donde Don Juan que él corrige eso letra por letra.

Los líderes se parecen, porque cuando Fidel Castro visitó a Bosch en su casa, al gobierno cubano se le presento emitir para la opinión pública internacional una nota de prensa.

En medio de sus contertulios allí, Juan Bosch, el entonces presidente Fernández, doña Carmen, Eduardo Selman, Natacha Sánchez, Diómedes Núñez Polanco, Fidel, como le dicen los que lo aman porque los que lo odian le dicen Castro, se vio precisado al olvidarse del entorno para corregir la nota, con el mismo estilo a que nos había acostumbrado el fundador del PLD.

Ese mismo cuidado tenia Bosch al corregir el periódico, lo hacía letra por letra, desde los textos de los artículos y las crónicas hasta los pies de foto.

El publicista Nelson Gomez que aprendió allá haciendo caricatura, se encontraba una noche en el cine y entró repentinamente uno voceando «Nelson Gomez te llama Juan Bosch» Había una falta en un trabajo de la edición que iba entrar en imprenta que había que corregir.

De ese Bosch que se aparecía a altas horas de la noche a pasarle la mano a las paredes de la Casa Nacional para comprobar que estaban limpias, conmemoramos en noviembre su partida, bajo su propio slogan: “Nadie se muere de verdad si queda en el mundo quien respete su memoria”

 

El Nacional

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