El veterano y famoso director norteamericano de la Orquesta Filarmónica de Daytona, Neal Gittleman, será el conductor del Cuarto Concierto de la Temporada 2018 de la Orquesta Sinfónica Nacional, el día 3 de octubre.
El programa contiene dos obras del universalmente famoso director orquestal estadounidense Leonard Bernstein: la obertura de su comedia musical Candide, y las danzas sinfónicas de la pieza del mismo género West Side Story.
El éxito de la obertura se debió a la unión de tres grandes talentos, que fueron el autor de la obra, el escritor francés Voltaire, la libretista Lillian Helman y el musicalizador Bernstein.
Es una composición con diversidad de géneros en su estructura melódica que aparece con frecuencia en los programas de concierto de los más prestigiosos escenarios.
En relación con West Story, me fascinó desde la magia de la pantalla cinematográfica la primera vez que la disfruté, tanto por la hermosura de su música como por las excelentes actuaciones de sus actores.
Todo lo que seguramente evocaré cuando escuche en la Sala Carlos Piantini del Teatro Nacional las danzas sinfónicas de esta obra inmortal.
Algo poco frecuente se producirá en este concierto y es la participación en un rol coprotagónico del contrabajo.
El de más grave sonido de los integrantes de la familia de las cuerdas, y de dimensiones mayores que las del violonchelo, sus ejecutantes lo tocan de pie, o sentados en un taburete.
Aunque su vida musical data del siglo dieciséis, durante dos siglos careció de personalidad, y su uso se limitó a doblar la parte del violonchelo.
Su independencia la obtiene en el siglo diecinueve, y alcanza la plenitud de su personalidad musical en el veinte.
El violonchelo es un instrumento de cuerdas y arco, y equivale al barítono entre los de su clase.
Enfrenta los mismos problemas técnicos del violín, e igual emisión y calidad del sonido, unido a la polifonía de sus acordes y dobles cuerdas.
Del violonchelo existe la creencia casi consensuada de que su sonido tiene una gran semejanza con el de la voz humana.
Estos dos instrumentos se unirán a la orquesta el miércoles próximo en la interpretación de la fantasía sobre temas de Rossini del compositor italiano Giovanni Bottesini, quien fue también un famoso director sinfónico.
Dos prominentes integrantes de nuestra orquesta sinfónica, la chelista Milena Zivkovic y el bajista Velibor Veljkovic asumirán el reto difícil de ser los solistas de esta obra.
La hermosa chelista yugoslava, hija de la connotada pianista Jasmina Gavrilovic, inició sus estudios del instrumento a la edad de doce años en la Escuela Josip Slavenski, de Belgrado, en la cual se graduó en el año 1994.
Luego ingresa a la universidad de la capital de su patria, en su Facultad de Música, donde fue alumna de las clases magistrales de reputados maestros.
Actuó como solista en varios conciertos, resultando vencedora en varios torneos, grabando para la radio y la televisión yugoslava.
Por veintitrés años es miembro de la Orquesta Sinfónica Nacional, siendo la principal integrante de la sección de violonchelos.
Auspiciada por la Fundación Sinfonía realizó estudios en las clases magistrales de los Cursos de Verano Santander, de España.
Ha mostrado una valiosa versatilidad participando en el país con varios conjuntos orquestales, y dirige el Grupo de Cámara Cello Power.
Velibor Veljkovic tiene genes artísticos en su cuerpo, ya que tanto su padre como su madre, en su condición de violonchelista y violinista respectivamente, forman parte de la sinfónica nacional.
Ambos han formado a través de la docencia valiosos músicos del país, algunos de los cuales son integrantes de grupos musicales sinfónicos.
Bajo la dirección de su progenitor y a la temprana edad de seis años comienza a ponerse en contacto con los misterios del chelo, pero un año después inicia un romance sin divorcio con el contrabajo.
Después de perseverantes estudios en academias extranjeras con afamados profesores, en el año 2008 estrena en el país la obra de Giovanni Bottesini Pasione Amorosa.
En 2014 realiza un magister en interpretación solística, y hoy es parte del profesorado del Conservatorio Nacional de Música.
Desde el año 2000 es miembro de la Orquesta Sinfónica Nacional, y ostenta la condición de Asistente de Principal en el primer atril desde hace catorce años.