
Niños y adultos a “mano pelá” compran y limpian en plena calle las baterías inservibles, que luego vender a los fabricantes, quienes las reciclan. / Jorge González / El Nacional
Santo Domingo.-Con más de dos millones de vehículos de motor, sin contar inversores, tractores, botes, carros de golf, montacargas y todo tipo de máquinas que usan encendido eléctrico, el reciclaje de baterías se ha convertido en un atractivo negocio para muchos.
Sin embargo, la errada forma de manipular estos acumuladores de energía, después de desechados, lo convierten la práctica en un atentado contra la salud de la población debido a su alto contenido de plomo y químicos.
Niños y adultos a “mano pelá” compran y limpian en plena calle las baterías inservibles, que luego vender a los fabricantes, quienes las reciclan.
La fundición de plomo en el reciclaje de baterías presenta una amenaza permanente a la salud de quienes viven en el entorno. Los efectos en la salud son: impactos negativos en el funcionamiento neurológico, deterioro cognitivo irreversible, daño renal, anemia y otras enfermedades.
Estas personas son candidatos a sufrir algunas de estas patologías, ya que no toman en cuenta los protocolos ambientales para el tratamiento de productos tóxicos altamente contaminantes.
El negocio de la venta de baterías nuevas en el mercado dominicano para vehículos e inversores es una de las actividades económicas de mayor crecimiento. El aumento del parque vehicular y la inacabable crisis en el suministro de la energía eléctrica son los dos pilares que incrementan este negocio.
Sin embargo no todo es color de rosa ya que este tipo de actividad crea una obsolescencia en su producto básico (batería) que crea un sub-mercado (compra de baterías usadas) lo que atenta contra los protocolos de medio ambiente en asunto de contaminación por plomo y otros químicos.
“Se compran baterías usadas”, es una información en letreros o carteles en calles y avenidas del Gran Santo Domingo que da fe y testimonio de que este negocio informal y peligroso se ha convertido en viral, se lleva a cabo en muchos lugares a la vista de todos y al parecer sin ningún tipo de regulación ni control.
Las baterías son compradas para ser recicladas. Ya esto por sí solo constituye un problema latente pues no hay controles ni responsabilidades de los individuos, que sin ningún tipo de equipamiento o áreas especiales preparan estas baterías para ser desmanteladas, o en su defecto para ser vendidas otra vez como un producto nuevo.
Datos colgados en la Web establecen que desde 2014 este país importa casi dos millones de unidades de baterías al año. En años anteriores las baterías para vehículos superaban las que eran para inversores en un 20 por ciento; en la actualidad un 51 por ciento de las baterías son automotrices y 49 por ciento son para inversores.
Esto sin embargo no quiere decir que el inconveniente de la electricidad haya mejorado, y que la venta de baterías para inversores haya disminuido, sino más bien que el parque vehicular sigue en aumento.
Aunque el verdadero problema y sustento de este tipo de negocio radica en el destino que toman miles de baterías cuando termina su vida útil. Una gran parte de las que se compran en las calles terminan siendo recicladas de una manera inadecuada, contaminando el medio ambiente y a las personas involucradas en el peligroso negocio.
República Dominicana exporta entre 85,000 y 90,000 unidades viejas todos los meses, lo que evita una mayor contaminación que provocan por el manejo inadecuado de esos negocios informales y a veces improvisados que compran baterías en las aceras. Estas cifras indican que alrededor de 1.1 millones de baterías usadas son exportadas al año, según una publicación del impreso El Dinero.
Compradores de baterías informales de los alrededores del mercadito de Los Mina dicen comprar un promedio de 15 a 20 baterías usadas diariamente. Estos mercaderes destacan que el valor de la mercancía depende mucho de su estado o apariencia física. Las baterías de inversores se compran entre 900 y mil 100 pesos.
Las baterías para carros son compradas entre 350 y 500 pesos dependiendo su tamaño, calidad y estado. Este negocio al parecer se ha vuelto muy rentable pues es muy difícil transitar por algunos de los barrios del Gran Santo Domingo sin topetarse con decenas de esos letreros que anuncian la compra de estos acumuladores de energía.
“Yo trabajo de nueve a cinco y aunque gano poco dinero, este trabajo no es forzado sólo hay que aguantar calor, polvo y humo de carro.
Como todos los negocios hay día buenos y malos, pero lo que importa es estar haciendo algo para mantenerse y no hacer lo malo. Hay baterías de todo precio”, expresó Fabián Melo comprador, en un puesto en Santo Domingo Este.
La necesidad, la ignorancia -falta de información- al parecer no permiten ver a estos compradores de baterías, que sin importar que sea un negocio no prohibido en el país, la exposición a los olores y vapores que expelen estos químicos a largo plazo les afectarán la salud de una manera irreparable.
En la provincia Santo Domingo en la calle Francisco Segura y Sandoval, en Los Mina, se encuentran, en aproximadamente un kilómetro de extensión, mas de 20 puestos de compra de baterías usadas de todo tipo.
Asimismo, en las avenidas Charles de Gaulle, Sabana Larga y Venezuela; así como en la carretera Mella entre otras, también se observa este tipo de negocio.
Puestos de compra de estos artefactos son notorios en la avenida Padre Castellanos (la 17), Nicolás de Ovando, Máximo Gómez, Francisco del Rosario Sánchez y en muchas esquinas de sectores del Distrito Nacional.
Aunque quizás el verdadero problema no está en la compra de estos dispositivos de almacenamiento de electricidad, ni siquiera en la ocupación de calles y aceras, sino más bien en el tratamiento y lavado que se les da después de ser adquiridos.
Contaminación
Las baterías están compuestas básicamente por placas positivas (láminas de plomo metálico) y negativas (rejillas de plomo metálico recubierto por una pasta de óxido de plomo) que se colocan consecutivamente y aisladas entre sí por separadores, generalmente de polietileno o PVC.
Otro componente es el electrolitos (conductor eléctrico) que es ácido sulfúrico diluido al 25%. Su agotamiento se produce debido a que durante la descarga las placas se contaminan cada vez más con sulfato de plomo.
“El plomo, que es uno de los componentes de las baterías, penetra a los seres humanos a través de los pulmones por inhalación y se almacena esencialmente en los huesos. Ya que es un químico que se acumula poco a poco en un período de tiempo largo”, dijo José Casanova, profesor universitario y miembro de la Academia Dominicana de Ciencias.
“Algunos de los síntomas de intoxicación son fatiga, dolor de cabeza, dolores en las articulaciones y músculos, pérdida de memoria y del apetito, perdida del sueño, diarrea, dolores de abdomen, convulsiones, infertilidad y hasta la muerte”, agregó Casanova.
Además explicó que estos “bateriman” (recicladores-vendedores) mediante la fundición de plomo o el lavado de las baterías sin una protección mínima generan contaminación por plomo en el aire y en el suelo. Pero no solo su salud será afectada también una serie de eventos producirán una cadena de contaminación que irá afectando a una localidad determinada incluidos su suelo, aire, agua y alimentos.
“Aquí no tenemos plantas adecuadas para el reciclaje de baterías. También se pinta en las calles y no hay unas normativas claras que regulen estas actividades. Medio Ambiente y el Gobierno deben sincerarse y resolver este problema, para que después no sea muy tarde”, concluyó el especialista.
Según las Naciones Unidas, de los 2.500.000 de toneladas de plomo que se producen anual en el mundo, tres cuartas partes son para la fabricación de baterías de automóviles, teléfonos, computadoras portátiles y otros aparatos.
Un apunte
Contaminación plomo
El plomo de las baterías usadas es reinsertado en el mercado por los compradores informales, quienes lo revenden; no obstante, en el proceso de extracción de este tóxico eliminan a los drenajes o a la tierra el ácido, y otros químicos, lo que deriva en contaminación grave tanto para las personas que reciclan como para todo el medioambiente.
El dato
Batería
Una batería es un dispositivo que almacena energía química para ser liberada en forma de energía eléctrica al momento de encender el vehículo. Cuando este aparato se conecta a una demanda externa de corriente, como un motor, la energía química se convierte en energía eléctrica y fluye a través del circuito. En inversores su función es almacenar.