¿Harán “conflé” en la fábrica de “corn flake”?
Los diarios dominicanos se esmeraron en llamar “corn flake” al producto que ofrecerá al público la nueva industria instalada por la familia Iglesias. Yo, como no sé inglés, tuve que valerme de mi esposa para que me explicara de qué se trata. Daisy, inteligente y generosa, me lo tradujo a “conflé”.
Según me dijo, “corn” es maíz, en inglés, y “flake” es partícula, porción pequeña de algo. De modo que ese producto que gusta a los niños y que adultos que nos criamos comiendo yautía y ñame hemos descubierto, se compone de hojuelas de maíz o de otros cereales.
Hojuelas de cereal podría ser el nombre en español de este producto, pero los dominicanos, que somos débiles con el inglés, hemos intentado nombrarlo por la locución ánglica, tomándola por el lado fónico: conflé.
El Diccionario del español dominicano recoge esta palabra con el significado “Hojuelas de cereal tostado”. Como fuente de autoridad cita una publicación de Diario Libre del 28 de de agosto de 2011.
La norma en español es que las palabras extranjeras cuando no sean traducidas, se adapten a la grafía de nuestro idioma. No ha sido ninguna academia, sino los hablantes, que han llamado “conflé” a las hojuelas de maíz, igual que como se llama “palomitas de maíz” al “pop corn” que se suele comer en los cines.
La adaptación es un fenómeno lingüístico legítimo, sobre todo cuando se trata de palabras o expresiones de otra lengua que no tienen equivalentes en la nuestra. Así con toda libertad y seguridad podemos escribir: coñac, champán, baipás, yacusi (no jacuzzi), jaibol (licor con agua o soda) y beisbol (de baseball). Son muchos los casos.
Recomendamos a los mercadólogos de la nueva industria no temer a que se le llame “conflé” a su producto, eso es lo que piden los dominicanos, conflé.
¿Palear el calor? ¡Imposible!
Sigue la confusión de los verbos /palear/ y /paliar/. Preocupa que ocurra en los medios de comunicación. Recientemente, un diario de bien ganado prestigio daba recomendaciones, con título a ocho columnas, para “palear” el calor.
El verbo “palear” aparece con una de las definiciones más breves que ofrece el DRAE (Diccionario de la Real Academia). Mire lo que dice: “(De pala). 1. tr. Trabajar con pala”. Esperaba que el DRAE ofreciera la acepción: dar golpe con un palo. Pero de eso no dice nada.
Paliar, en cambio, significa, según el DRAE, lo que aparece a continuación: 1. tr. Mitigar la violencia de ciertas enfermedades. 2. tr. Mitigar, suavizar, atenuar una pena, disgusto, etc. 3. tr. Disculpar, justificar algo. 4. tr. p. us. Encubrir, disimular, cohonestar.
Este verbo está íntimamente asociado al sustantivo /palio/, cuya primera acepción en el diccionario es: Especie de dosel colocado sobre cuatro o más varas largas, bajo el cual se lleva procesionalmente el Santísimo Sacramento, o una imagen. Lo usan también los jefes de Estado, el Papa y algunos prelados.
Un paliativo es algo relativo al palio. Pero más que eso, esta palabra indica que algo o alguien mitiga, suaviza o atenúa. Se dice especialmente de los remedios que se aplican a las enfermedades incurables para mitigar su violencia y refrenar su rapidez.
Es frecuente el uso del verbo paliar en infinitivo. Decimos, por ejemplo: Para paliar el estado de miseria que padece el pueblo/ Esta medida podrá, al menos, paliar la situación de los hospitales. Sin embargo, paliar es un verbo personal y regular cuyo modelo de conjugación es / enviar/.

