En la República Dominicana han ocurrido episodios históricos que han impactado el núcleo mismo de la vida nacional. La manera de enfrentar las situaciones catastróficas en términos sociales, retrata de cuerpo entero el carácter de sus actores al momento de buscar soluciones o fijar posiciones al respecto. En tiempos de crisis profundas, se requieren palabras precisas, contundentes, sin vacilaciones, que no se presten a interpretaciones.

La estafa multimillonaria que se ha producido en el Seguro Nacional de Salud – Senasa- y por lo cual se ha dictado medida de coerción a su exdirector Santiago Hazim y otros implicados por el presunto esquema fraudulento, es un escándalo bochornoso que merece un repudio generalizado. Es un verdadero crimen de lesa humanidad que lacera a los dominicanos más pobres, a los que se desayunan con un padre nuestro.

Los dominicanos y sobre todo, los miembros del Partido Revolucionario Moderno, han observado cómo algunos de sus precandidatos a la presidencia por esa organización, han guardado silencio con la equivocada estrategia de sonar en casos escandalosos.

Notorio ha sido también que el doctor Guido Gómez Mazara, asumió una posición pública sobre el bochornoso escándalo y lo hizo con palabras precisas, sin ambigüedades, sin anfibología, diría un escritor culto. ¿Qué dijo Guido? ‘’ El que llega a la política seducido por el afán de lucro, debe tener conciencia de que la cárcel, el descrédito y oprobio familiar, serán su destino. Además, el que no tiene material colgante para sus excesos no puede exhibir una dosis de cobardía’’

Esas fueron palabras precisas, al igual que las usadas por el presidente Luis Abinader: ‘’ Tengo amigos, pero no cómplices’’ para referirse al caso de Senasa.

En la obra ‘’Los Carpinteros’’ del doctor Joaquín Balaguer, hay un episodio que describe el carácter del hombre en momentos apremiantes. Tras el asesinato del presidente Ramón Cáceres, muchas personas de prestancia, hablaron en favor de la inocencia de Héctor Corporán. El general Alfredo Victoria se limitó a decir: lo que ha pasado aquí es demasiado grande: fusílenlo.

Por: Ramón Rodríguez
centrodeidiomaswashington@g