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Partidos políticos

Partidos políticos

Pablo del Rosario

Son instituciones cuyo talón de Aquiles lo constituyen sus propias bases. Específicamente cuando su partido estando en el poder, son ignoradas por las cupulas dirigenciales. Además, hay que sumar el disgusto de la ciudadanía cuando no le cumplen las promesas de campaña. La combinación de esas insatisfacciones les hace vulnerables ante sectores interesados en provocar su desaparición.

Actualmente, las quejas de los militantes del partido en el poder por no ser tomados en cuenta son numerosas y permanentes, aluden que los funcionarios del Gobierno no les reciben, y sus solicitudes de empleos y/o ayudas se pierden en el vacio de la indiferencia. Esa situación, al igual que los reclamos de la población porque le cumplan las obras prometidas, es recurrente a los partidos en el poder.

En nuestro país, el Gobierno es y ha sido siempre, el mayor empleador, lo que da lugar a que la demanda de empleos sea creciente y sostenida, satisfacerla plenamente es imposible. De ahí, la necesidad de crear condiciones para aumentar los puestos de trabajo, mantener y ampliar los planes de ayuda a los necesitados, controlar: la inflación, la migración extranjera, la delincuencia, y garantizar: salud, educación, agua potable, seguridad ciudadana, entre otros. Son tareas ineludibles para evitar que los sectores arriba mencionados logren su objetivo.

La Cámara de Cuentas tiene que jugar su papel
No es, ni ha sido nunca posible que, los Gobiernos logren satisfacer la totalidad de los requerimientos antes citados, razón por la cual se acumulan sentimientos de: inconformidad, desilusión, desesperanza y otras frustraciones que socavan la imagen del partido en el poder y, promueven la desconfianza en los de la oposición.

El peligro de esa realidad es que se produzca el advenimiento de una figura providencial, cuyas ideas para ejercer el poder están totalmente divorciadas de las que suponen el rol de los partidos políticos. Pues, estas instituciones existen para garantizar el pluralismo político, promover la participación de los ciudadanos y contribuir a la expresión de la voluntad popular.

Para que prevalezca la democracia y podamos disfrutar de sus privilegios, debemos preservar los partidos políticos. Una decisión inmediata y efectiva debería ser, promover la reforma a la ley 33-18, que los regula. Además, requerirle a la Cámara de Cuentas, fiscalizar y auditar de manera más eficiente y eficaz, el uso de los fondos públicos que reciben de los gobiernos.