El Gobierno del presidente Danilo Medina ha sido renuente en revelar el estado en que recibió la economía, al punto que estadísticas sobre el déficit fiscal son hoy secretos bien guardados, a pesar de que una misión del Fondo Monetario Internacional levanta colchones y almohadas en procura de precisar el real nivel de la crisis económica y financiera.
A pesar de esa insólita negativa por parte de las autoridades monetarias y financieras, ya comienzan a aflorar algunos datos que ofrecen una perspectiva lúgubre sobre la verdadera magnitud y alcance del malestar económico, especialmente lo relacionado con la deuda heredada por el actual gobierno.
Ante una crisis hospitalaria matizada por el retraso en la entrega de las subvenciones a los hospitales estatales, el ministro de Salud, doctor Freddy Hidalgo, ha revelado que esa cartera heredó deudas por unos mil millones de pesos con diversos sectores, incluido suplidores, lo que hace suponer que esa ha sido la causa del agravamiento del drama hospitalario.
El ministro de Obras Públicas, Gonzalo Castillo, ha dispuesto un inventario de las obras en ejecución, lo que obliga a sacar en limpio el nivel de endeudamiento con contratistas y suplidores, que seguramente obligará a llevar manos sobre cabeza cuando se precise el monto que, se adelanta, sería de miles de millones de pesos.
La Corporación Dominicana de Empresas Eléctricas Estatales (CDEEE) adeuda todavía más de 700 millones de dólares a los generadores de electricidad y más de mil millones de pesos a suplidores, sin que se sepa de dónde obtendría el Gobierno esos recursos antes de que finalice el año.
Ese angustioso cuadro, en mayor o menor proporción, es común a la mayoría de las instituciones del Estado, cuyo nivel de endeudamiento sobrepasa por mucho la capacidad de afrontarlo con las partidas asignadas en el Presupuesto General del Estado, por lo que se justifica el pedido al presidente Medina de que comparta sus penas con la población.
A la ciudadanía le asiste derecho a ser informada sobre el estado de la economía, el nivel del endeudamiento público en dólares y pesos, el monto del compromiso del servicio de esa deuda, lo que equivale a decir la verdadera magnitud del déficit fiscal.
Al Gobierno le conviene que la gente se entere de manera segmentada de todo lo relacionado con la dimensión de la crisis, como enfermo que cuenta sus llagas. Lo mejor sería que de una vez por toda, el presidente Medina describa con pelos y señales lo que encontró o lo que le entregaron.

