Opinión

“Pelotear”

“Pelotear”

Tuvimos que perder una figura de renombre para volver a traer a los primeros planos de la opinión pública la habitual, frecuente, dañina e inhumana práctica de “pelotear” a los pacientes. Es algo que lo hemos tenido siempre, pero más marcado a partir de los años 80’s, cuando la atención en salud, sobre todo en el sector privado, se ha convertido en un negocio, donde lo que realmente importa es cuánto le vamos a sacar al paciente o a sus familiares, y no la recuperación de su salud.

Muy claro se establece en la Ley General de Salud, en el Reglamento de Provisión de Servicios, en el de Separación de Funciones, y en la Ley de Seguridad Social, en los reglamentos de los Regímenes Subsidiado y Contributivo y en no menos de diez decretos, disposiciones y resoluciones ministeriales, que toda persona debe ser atendida por no menos de 48 horas sin preguntarle o preocuparse si tiene seguro, si anda con dinero para hacer depósito, si es haitiano, inglés, de Madagascar; si es católico, mormón, árabe, ateo o practicante de la teoría de Samael Aun Weor o de Jiddu Krishnamurti: hay que atenderlo.

Eso ya no solo acontece con el sector privado, en el público casi es lo mismo, con la desgracia de que cuando acudimos a éste, y nos niegan la atención, como que nos quedamos sin opción; en el aire. El pasado Ministro de Salud tuvo que enviar una circular en la que prácticamente amenazaba a los directores de hospitales y a sus encargados de emergencias y servicios médicos para que no trasladaran o “pelotearan” pacientes sin una debida justificación. Por tres meses, y más que nada por miedo, le hicieron caso, pero después todo volvió a lo mismo y miren cómo andamos ahora.

Pasó la Semana Mayor, con las mismas desgracias de siempre, y ya, a mes y medio de las votaciones, me meteré en el tema como anuncié en la pasada entrega de “Algo más que salud”.

El Nacional

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