La palabra vergüenza no está en el diccionario ni en el vocabulario del PLD. Es algo ajeno a un partido demasiado enquistado en el poder, embriagado por creerse dueño del Estado y del patrimonio público. Su última “joya” lo pone al desnudo: El gobierno nacional, en su Plan de Alfabetización, en coordinación con el Ayuntamiento del Distrito Nacional, graduó a personas alfabetizadas que jamás pasaron por los cursos; simplemente los llevaron al acto para la foto. Inaceptable dos veces.

Lo primero es que el acto fue una confirmación más del uso de los recursos del Estado en campaña electoral, lo cual evidentemente fue aprovechado por Roberto Salcedo, candidato a la reelección, en un hecho totalmente violatorio a la equidad que supuestamente debe garantizar la Junta Central Electoral.
Y lo segundo es el acto indignante de llevar a personas que no hicieron los cursos exigidos para aparentarlos como ‘graduandos’.

Es subestimar la inteligencia del pueblo dominicano, que está cansado de doce años de gobiernos del PLD que han gastado miles de millones de pesos en propaganda y promesas incumplidas, y no han resuelto los principales problemas del país.

Una obra tan sublime como alfabetizar a una persona, sacarla de la oscuridad de no saber leer ni escribir, lo transforma en un acto burlesco que luego remata con las declaraciones de Lidio Cadet, alto miembro del PLD y director general de Programas Especiales, que no solo no reconoce esta burla, sino que con su ya característica prepotencia, afirma que nunca han otorgado un diploma a quien no se ha graduado.

Fueron más allá y denunciaron supuestas presiones de la oposición para afectar el acto de graduación. Primero se burlan, luego no reconocen el error y más tarde lo achacan a la oposición. Dignos actores de un teatro que tiene sumido al país en miseria, problemas sin resolver y con graves deficiencias democráticas e institucionales.

Ya se entiende por qué Danilo Medina ni ningún candidato del PLD fue a debatir. Le temen a la verdad, se escudan en la mentira y la corrupción, y se transforman en los cómplices más elementales de un populismo que se alimenta de la ignorancia, lo indigno y de la pobreza. Por eso vamos a ganar el 15 de mayo, para desterrar al PLD y comenzar una nueva era, de esperanza, cambio y dignidad para todas y todos. Con Luis Abinader como presidente, lo lograremos.