El ministro de Medio Ambiente, Orlando Jorge Mera, juega lo que se llama una pelota caliente con la lucha que libra contra la extracción de materiales del río Nizao protagonizada por lo que definió como una “mafia” compuesta por militares pasivos y activos, así como por políticos del pasado y del actual Gobierno.
No abundó en mayores detalles, pero tampoco se anduvo por las ramas al exponer el drama de una cuenca que de las más caudalosas en el pasado está reducida hoy a pequeños charcos de agua a causa de la depredación. En una encomiable demostración de firmeza, Jorge Mera advirtió que no se amedrentará frente a los cárteles en su determinación de proteger y recuperar los recursos naturales.
Pero tampoco se le puede dejar en la batalla contra sectores a quienes en aras de sus intereses parece importarles un comino la suerte de la nación.
Al indicar que políticos del presente forman parte de la supuesta mafia, el mensaje es claro: no habrá encubrimiento contra nadie que atente contra el medio ambiente y los recursos naturales. Como tiene que ser, sobre todo si se quiere tener autoridad moral. Sólo falta que actúe ya.